El huevo aporta proteínas de calidad, favoreciendo una buena calidad de sueño gracias a su capacidad para mantener el azúcar en sangre estable durante toda la noche.
El huevo ha sido uno de los primeros símbolos religiosos de la humanidad (citado, por ejemplo, en textos egipcios e hindúes), pues evoca la idea de vida y renovación al encerrar un germen que luego se desarrollara.
Por este motivo se relaciona con el equinoccio de primavera, cuando el huevo celeste (el sol de primavera) resucita, tradición que pervive en el actual huevo de pascua.
Alimento básico y símbolo de vida en diversas culturas, el huevo no merece que lo califiquemos superficialmente de beneficioso o dañino. Conviene que analicemos detenidamente sus cualidades.
El huevo, gran alimento
La yema contiene en solución la mayor parte de sus componentes: proteínas, lípidos, minerales y vitaminas.
La clara es un líquido viscoso, de valor reducido en comparación con la yema, y es una solución salino-proteica.
La cáscara es de hecho una gran red con minúsculos orificios. Recién puesto el huevo, esta superficie resulta impermeable al estar cubierta por una capa gelatinosa que evita la entrada de
microbios, de ahí lo contraproducente de lavar los huevos.
Las cualidades del huevo dependen de la alimentación y el modo de vivir de las gallinas. Por eso consumir huevos biológicos es más sano, además de un modo de apoyar una avicultura más humana.
El color de la cáscara depende de la raza de la gallina y no que ver con la riqueza de su contenido. Tampoco el color intenso de la yema es señal de crianza natural. El tinte de la yema es consecuencia directa del tipo de alimentación de la gallina: tradicionalmente pigmentos del maíz u otras verduras y actualmente de carotenoides añadidos al pienso.
Propiedades del Huevo
- Proteínas: el huevo puede reemplazar tranquilamente a la carne, pues contiene 13 g por cada 100 g. De manera que dos huevos medianos cubren un tercio de las necesidades proteicas diarias.
Gracias a un excelente equilibrio en aminoácidos esenciales, el organismo asimila las proteínas del huevo mejor que las de la carne, pescado o leche. Además, apenas producen ácido úrico. - Vitaminas: aunque carezca de vitamina C, el huevo es muy rico en vitamina K (dos huevos cubren un tercio de las necesidades diarias recomendadas de un adulto), A (un tercio), D y E. La clara ofrece un buen aporte de vitaminas del grupo B, sobre todo B2 y B1.
- Minerales: tomar dos huevos cubre un buen porcentaje de las necesidades diarias de fósforo y selenio de un adulto (33%), hierro (27-18%), cinc (18%), flúor (14%) y yodo (11%). También aportan azufre (anti infeccioso y protector de las mucosas), calcio (9% en el ejemplo anterior) y cobre (7%).
- Grasas: Suponen el 11-12% de un huevo entero, lo que no es ningún exceso. Al concentrarse en la yema se hallan en forma emulsionada, lo que las hace particularmente digeribles.