Alcachofas confitadas

Sabores

¡Tú espacio Sabores te desea un feliz fin de semana! A continuación les mostraremos como preparar esta receta.

Ingredientes

  • 6 alcachofas
  • 1 limón
  • 1 l de aceite de oliva virgen extra (puede que un poco más)
  • Sal

Preparación

Primero de todo vamos a coger unas 6 alcachofas y 1 limón. Éste último lo exprimimos en un bol grande con agua y lo dejamos dentro.

Una a una, les retiramos las hojas exteriores a las alcachofas, hasta llegar a las que están más tiernas y que suelen ser de color amarillento.

Les cortamos la punta y las frotamos enseguida con limón. Pelamos el tallo y cortamos el excedente de la base. Según las tengamos cortadas, las vamos dejando en el bol con agua y limón mientras cortamos el resto.

Las podemos dejar enteras, en mitades o en cuartos. Según la variedad, también conviene retirarles la pelusa que tienen en el centro.

Secamos las alcachofas y las ponemos en una olla o cacerola donde quepan sin que quede mucho espacio entre ellas. Las cubrimos con 1 litro de aceite de oliva virgen extra, más o menos, dependiendo del tamaño de la olla utilizada.

Para que se mantengan sumergidas durante la cocción, vamos a cortar un círculo de papel de hornear del mismo diámetro que la olla y las tapamos con él.

Ahora las llevamos al fuego y calentamos poco a poco.  La temperatura ideal para confitar está entre los 70 ºC y 80 ºC. Si tienes un termómetro de cocina será muy fácil controlarlo.

Si no, vigila el aceite. Tiene que estar bien caliente pero sin que llegue a burbujear.

Dejamos que se confiten las alcachofas entre 45 minutos o 1 hora desde que el aceite alcanzó la temperatura adecuada.

Lo único que necesitamos es controlar de cerca el aceite para que no se caliente demasiado.

Al final, deben quedar muy tiernas. Para saber si están en su punto, haremos la prueba pinchándolas con un cuchillo. Este tiene que entrar sin apenas esfuerzo.

Cuando las alcachofas estén en su punto, retiramos la olla del fuego y dejamos que se enfríe. Luego, las guardamos en la nevera, siempre dentro del aceite, y las consumiremos al día siguiente.

Se pueden servir a temperatura ambiente, simplemente abiertas en flor y sazonadas con una pizca de sal. También se pueden hornear hasta que las puntas estén doradas, o bien, pasarlas por la plancha.