La administración del gobernador de Nueva Jersey, Phil Murphy, dio luz verde a un controvertido plan para construir una cuarta planta generadora de electricidad en el barrio Ironbound de Newark, a pesar de las objeciones de los defensores locales que dicen que exacerbará la contaminación en la comunidad.
Murphy había enfrentado presiones de activistas comunitarios y ambientalistas para detener la planta de la Comisión de Alcantarillado del Valle de Passaic, que servirá como fuente de electricidad de respaldo durante un corte de energía.
Durante el huracán Sandy en 2012, grandes cantidades de aguas residuales sin tratar se derramaron en los puertos de Newark y Nueva York.
La oficina de Murphy dijo que el acuerdo incluye límites más estrictos a las emisiones, que contribuyen a las altas tasas de asma en el área.
El acuerdo alcanzado por el Departamento de Protección Ambiental de Nueva Jersey permitiría a PSVC construir la planta de energía en Ironbound, pero sólo para su uso durante un corte de energía.
El proyecto es el primero aprobado a través de la ley de justicia ambiental del estado, que pretende proteger a las comunidades que históricamente han soportado la peor parte de la infraestructura contaminante.
“Creemos que este es el tipo de resultado que nuestra ley de justicia ambiental pretendía lograr”, dijo Shawn LaTourette, Comisionado del Departamento de Protección Ambiental de Nueva Jersey.
“Es un resultado que no solo evita que se agrave la contaminación de una comunidad sobrecargada, sino que también mejora las condiciones existentes al reducir la contaminación que nuestros vecinos ya están experimentando”.
LaTourette dijo que el proyecto no sólo evitará sino que también reducirá la contaminación porque requiere que PVSC tome otras medidas para reducir la contaminación del aire en sus otras plantas de energía.
“No se le permitiría a PVSC, y no puedo enfatizarlo lo suficiente, utilizar la central eléctrica como fuente de energía regular para sus operaciones de rutina o para reducir su consumo, demanda o costos de energía”, dijo LaTourette.
Uno de cada cuatro niños de Ironbound padece asma. La comunidad lleva mucho tiempo luchando contra la gran cantidad de centrales eléctricas y el intenso tráfico de camiones que entran y salen del puerto de Nueva York y Nueva Jersey, el segundo puerto más grande del país.
“Me divierte que su caracterización lo llame un gran compromiso”, dijo María López-Núñez de la Corporación Comunitaria Ironbound. “Creo que es un compromiso racista. Las medidas de remediación ecológica que están implementando deberían hacerse de todos modos”.
La ley de justicia ambiental, que Murphy firmó en 2023, es la primera de su tipo en el país y tenía como objetivo atender a las comunidades de color, como Ironbound, que tienen altos niveles de contaminación.
Murphy había dicho que apoyaba la nueva planta de energía porque era necesaria para prevenir derrames de aguas residuales.
El primer indicio de que los activistas estaban teniendo influencia sobre el gobernador se produjo a principios de este año, cuando la primera dama Tammy Murphy, que se postulaba para el Senado de Estados Unidos, anunció su oposición a la planta de energía.
Es la única posición política que ha adoptado que contradice a su marido. Más tarde abandonó la carrera. López-Núñez, que estuvo junto a Tammy Murphy durante su anuncio, dijo que no estaba contenta con la decisión de la administración.
Señaló que el vecindario ya cuenta con tres plantas de energía, un incinerador de basura, una planta de tratamiento de aguas residuales y un sitio Superfund.
“Nos van a dar una cuarta planta eléctrica, sólo tenemos cuatro millas cuadradas”, dijo. “¿Qué más nos va a dar la administración de Murphy? La intención era proteger a las comunidades que han sido sobrecargadas”.
