Todos los seres humanos tenemos una conciencia. Esta palabra se traduce del griego sy·néi·dē·sis, de syn (con) y éi·dē·sis (conocimiento), que significa conocimiento con uno mismo, por lo que se puede definir, como la capacidad que tiene una persona de conocerse a sí misma. Es como un voz que nos indica que es lo bueno y lo malo e incide en las decisiones que tomamos para sentirnos bien o mal.
De esta forma, la conciencia se educa y no solo es llenando la cabeza de información sino entrenandola, como si de un ejercicio físico se tratara, con pensamientos positivos.
Entre los factores que nos ayudarán tenemos los siguientes:
- Cuidar lo que vemos: aquí juega un papel fundamental el entretenimiento. Si, por ejemplo, vemos o leemos pura violencia nuestras emociones giraran en torno a la violencia y nuestros pensamientos serán negativos.
- Cuidar las compañías: si nos relacionamos con personas quejumbrosas y negativas, esto se refleja en cada uno de nosotros. en cambio , si tenemos amistades que nos animen y nos alientan, nos ayudarán a sentirnos mucho mejor.
La mente y el corazón tienen que colaborar armoniosamente para que la conciencia funcione adecuadamente. De hecho, según el Físico Roger Penrose, describe que el cuerpo, mente y entorno están conectados.
La meditacion y reflexion, constituyen un medio muy importante para conocer cuáles son nuestros motivos e inclinaciones.
“Una conciencia limpia es la mejor almohada” reza un proverbio antiguo que destaca un hecho innegable: cuando hacemos caso a la conciencia, gozamos de tranquilidad de ánimo. así que a cuidarla y llenarla de cosas buenas y positivas.