Reír es perder el miedo a la muerte

Columnistas

Juan Eduardo Fernández «Juanette»

Les quiero recomendar una entrevista con el comediante Andreu Buenfuente. La pueden encontrar en YouTube, es más, les voy a dejar el link en esta nota.  Quien entrevistó a este comediante y productor fue el periodista Carlos del Amor para su programa La Matemática del Espejo. 

Imagino que ustedes estarán pensando “Este Juanette si es vago, como no encontró tema para escribir esta semana, nos hablará de una entrevista que vio en la compu”, pero en honor a la verdad, hubo una frase de Andreu que me impactó, y esta frase es precisamente el título de la columna de esta semana “Reír es perder el miedo a la muerte”.

Contó Andreu en su conversación con Carlos del Amor, que una de las cosas que le enseñó la comedia es que el humor salva, y cuando no te puede salvar, te aligera los momentos difíciles, y obviamente la muerte es el más difícil de todos. 

Resulta que en la vida de Buenfuente el humor y la muerte han estado presentes al mismo tiempo en algunas oportunidades, uno de los primeros (según cuenta él) ocurrió cuando su padre, Juan, murió. Según relata el comediante, a su padre lo operaban del corazón y antes de llevarlo a quirófano, pidió al enfermero detenerse un momento para contar un chiste. Esa fue la última vez que lo vio con vida, y para Andreu, ese acto ayudó a su padre a irse en paz. 

Otro hecho muy conocido en España fue cuando Andreu Buenfuente le salvó la vida a la actriz, cantante, bailarina y presentadora Concha Velasco (para el público argentino sería “Cascara Velasco). Resulta que Concha la estaba pasando muy mal en lo personal y lo laboral por lo que decidió suicidarse tomando un frasco de pastillas, mientras de fondo se escuchaba en la TV un programa de Buenfuente. Poco después la propia actriz contó que, estando tirada en la cama, mientras sentía que se le iba la vida, comenzó a reírse del monologo de Andreu, y esas ganas de reír le dieron no solo fuerza para tomar el teléfono, llamar a recepción y pedir un médico, sino también le dieron ganas de vivir. 

Estoy seguro de que, si todos tratamos de recordar un momento difícil donde la risa nos ayudó a seguir adelante, seguramente lo encontraremos. En mi caso, recuerdo la tarde que murió mi padre, yo estaba en Buenos Aires y él en Caracas por lo que no pude llegar a tiempo a su funeral. Justo el día que murió papá, unos amigos iban a presentar un espectáculo de comedia.

Mi primera decisión fue no ir, porque ¿Cómo iba a ir a reírme mientras velaban a mi papá en otro país? Fue ahí cuándo pensé en mi padre, quien era un tipo al que le gustaba reír ¿Se molestaría si voy? Me pregunté, y automáticamente se me dibujó una sonrisa cómplice en el rostro, porque entendí que entre quedarme en casa solo llorándolo o ir a un show de impro, papá habría ido al show, así que fui. En ese momento tan difícil de mi vida, al menos por una hora, la risa alivió mi dolor. 

De hecho, ahora mismo tengo un primo en Caracas muy delicado de salud, “Pablito”, quien también es uno de los primos más graciosos que tengo. Mientras escribo esto, a mi primo lo están por operar y el pronóstico es reservado. Además, tengo show de Stand Up esta noche y claramente me estoy preguntando si voy o no. ¿Qué pasa si Pablito se va mientras estoy haciendo reír? Esa es la parte no tan bonita de hacer comedia: Aunque estés triste y preocupado, igual tienes que salir y tratar de hacer reír. 

Hagan el ejercicio, busquen un momento difícil de su vida y vean cómo la risa los ayudó a pasar el trago amargo. Créanme, no solo será revelador, sino sanador. 

Bueno, ya escribí mucho, ahora les dejo la entrevista con Andreu para que la disfruten. Hasta la semana que viene:

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