¿Tiene usted cualidades para ser un espía?

Columnistas

Ramon Velasquez Gil

 Tal vez algunos piensen en James Bond como el personaje típico de un súper espía o súper agente, como lo llaman en el cine. Si, para muchos, la clásica estampa de un espía, sería: Un tipo alto, bien vestido, bien parecido, experto en todas las armas y artes marciales habidas y por haber, el cual conduce un super auto deportivo y levanta (enamora) a las mejores chicas.

Bueno, nada más alejado de la realidad de un verdadero espía.

Obviamente el personaje antes descrito es una ficción cinematográfica. El perfil mas importante de un verdadero espía es casualmente tener un bajo perfil. Un tipo poco agraciado, sin pinta de nada, mal vestido y desaliñado, siempre en la nubes (aparentemente) y sin un automóvil, o por lo menos no nuevo, sí lo tuviere, es el espía de la vida real. Sus ocupaciones tampoco le dan para alojarse en los mejores hoteles ni comer en los mejores restaurantes. Siempre ejercen trabajos de poca o ninguna relevancia;  así, sus trabajos son como fotógrafos, libreros, vendedor de Avon, etc., etc. 

Y esto es así porque obviamente no deben resaltar en nada, tienen que exhibir una imagen poco llamativa y pasar desapercibidos.
El espía profesional siempre da la imagen de no representar un peligro para nadie y hasta juegan al papel de tontos.

Pero son muchas veces héroes anónimos para su nación, y pueden salvar muchas vidas o causar muchas muertes..sin que nadie se entere. Muchos episodios de espionaje se dieron en la época de la guerra fría entre el mundo soviético y Occidente y ciertamente, esos espías nunca fueron un James Bond ni mucho menos.

Bien entrenados en los últimos inventos fotográficos e instrumentos de la época, si lo estaban pero nunca se sospechaba de ellos pues siempre actuaban bajo las sombras y con un bastante bajo perfil, pero sí con mucha inteligencia.

Ahora bien, en razón de lo antes expuesto, se puede casi asegurar que para un latino, seria bastante difícil ser un buen espía.

Y es que la esencia de un latino, con sus excepciones claro, es la de exagerar o exaltar su condición económica y aparentar más de lo que es, en todos los aspectos.
Contrario a un buen espía, el latino es predecible en todo lo que hace.

La moraleja: Debajo de la basura es donde se esconde la culebra.

Saludos.

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