El debate en torno a Kyrie Irving, su postura acerca de la vacunación contra el COVID-19 y la decisión de los Nets de apartar al jugador del equipo ha llegado hasta el Congreso de los Estados Unidos. La congresista por Georgia, la polémica republicana Marjorie Taylor Greene, ha mostrado su defensa del base ‘all star’ y lo ha hecho de una manera muy particular.
La política estadounidense, conocida por su apoyo a las teorías de la conspiración de extrema derecha y a Donald Trump, atacó directamente a la NBA con un mensaje en redes sociales que rápidamente se convirtió en viral: «Esta NBA fascista no deja jugar a Kyrie Irving por rechazar la vacuna, pero ellos todavía dejaron jugar a Magic Johnson con VIH».
El mensaje de la política republicana no tardó en incendiar las redes sociales y en ser refutado por los usuarios que la recordaron que el VIH sólo se contagia por contacto directo con los fluidos (sangre, semen…) de una persona infectada por el virus de inmunodeficiencia humana, según indicó el portal Marca.
No ha sido la única representante del partido republicano que ha comparado la situación de Magic Johnson en 1991 con la de Kyrie Irving en la actualidad. La candidata republicana para el distrito 24 de Florida Lavern Spicer y el periodista Clay Travis también recordaron como en el caso del base de los Lakers la NBA sí le permitió jugar.
Los Brooklyn Nets jugaron esta semana y ganaron (107-101) a los Minnesota Timberwolves en el último partido de preparación para la nueva temporada. Era el último partido amistoso y el primero con Kyrie Irving apartado de la dinámica del equipo.
La franquicia lo decidió el martes pasado, en vista de que el jugador no tenía intención de vacunarse y de que se iba a perder más de la mitad de los partidos del curso. Las normas de salud le impiden ahora mismo jugar o entrenar en pabellones de Nueva York (Nets y Knicks) y San Francisco (Warriors) sin la vacuna puesta.
Irving trató de explicarse a través de Instagram, diciendo que su decisión no tenía que ver con una cuestión científica, sino social: «Ésta es mi vida. Puedo hacer lo que quiera con mi cuerpo, pero me estáis diciendo lo que hacer con mi cuerpo. Bueno, eso tiene mucho que ver con lo que está sucediendo en este mundo. Ahora mismo estoy dentro de algo que es más grande que el baloncesto. Me mantengo en lo que creo, tan simple como eso. No se trata de ser antivacunas o de estar de un lado o del otro, se trata de ser realmente fiel a lo que me hace sentir bien. Si me vais a demonizar por tener más preguntas y tomarme más tiempo para decidir sobre mi vida, pues… Nadie va a callar mi voz», escribió.
Hace no mucho, cuando todavía había esperanzas en que el base se vacunara, se habló de la influencia de Kevin Durant para convencerle. El alero es uno de sus mejores amigos y la llegada de ambos a los Nets hace dos años fue consensuada por los dos, de manera que, si uno no hubiese ido, por la razón que fuese, el otro es probable que tampoco. Han pasado los días y de ser cierto que Durant tuviese alguna oportunidad de hacer cambiar de opinión a Irving, está claro que no ha surtido efecto.
«¿Qué voy a hacer, volverme loco? No vas a hacerle cambiar de opinión, así que dejémosle que averigüe qué es lo que necesita hacer y que el equipo averigüe qué es lo que necesita. No he hablado con él desde el martes. Cuando pierdes a alguien como Kyrie es difícil averiguar sobre la marcha de dónde vas a sacar todo lo que él produce. Esta no es la situación ideal para empezar la temporada, pero está fuera de nuestro control. Desearía tener a Kyrie al lado y que nada de esto hubiera pasado nunca, pero esta es la situación en la que estamos metidos. Depende de mí concentrarme para hacer mi trabajo», dijo.
