El fin del poder

Columnistas

Juan Eduardo Fernández (@soyjuanette)

Ilustración: Alexander Almarza (@almarzaale)

El otro día recordé en Twitter aquella reunión que tuve con Daniel Samper en Buenos Aires; pero eso no fue todo, porque en mi columna anterior debatí la posibilidad de volverme YouTuber o no, por lo que hice referencia a la conversación con “Hola Soy Dani”. Una vez publicada recibí el elogio de muchos, pero también el repudio de otros.

Pero hubo un comentario que me hizo mucho ruido, y me lo hizo un venezolano que vive en Colombia. Mi paisano me escribió: “¿Cómo es posible que seas amigo de Laureano Márquez y también de este tipo (Daniel Samper) ?, es un zurdo de M… no te entiendo”.

Así que en mi columna de hoy le voy a explicar no solo a este caballero sino a todos los que piensan como él, las razones que me llevaron a ser amigo de Laureano Márquez y a tener una relación cercana con Daniel Samper, quien me parece una persona muy inteligente y graciosa (Esas dos características son suficientes para que cuente con mi amistad). 

Quiero aclarar que para ser amigo de alguien no hay que pensar cómo esa persona, de hecho, en las contradicciones se han formado fuertes lazos personales. 

Aunado al comentario, también me enteré que Daniel fue sancionado porque hizo un meme con una foto del presidente de Colombia donde aparecían los hijos de Iván Duque. Esto me llevó a pensar que seguramente, el señor que he envió aquel comentario se alegró con eso, pero seguro se enojó cuando hace unos años a Laureano Márquez lo multaron por publicar una columna de humor donde hablaba de la hija del ex presidente Chávez. 

Pero eso no es todo, pues también recordé cuando en diciembre pasado mientras estaba por Santiago, escuche a una persona decir “yo les pasaría un tanque por arriba” refiriéndose a los jóvenes que protestaban en La Plaza Italia de Santiago. No le dije nada, pero estoy seguro que esa misma persona se indignó cuando una tanqueta de la Guardia Nacional atropelló a un estudiante en Caracas. 

Probablemente mucha gente se enoje y hasta me deje de leer por lo que estoy por decir: ¿Estamos todos locos? ¿Cómo es posible que apoyemos las atrocidades más terribles solo porque las hace una persona con la que compartimos ideales políticos?

Tenemos que dejar de ser tan blandengues, y condenar lo que hay que condenar y repudiar lo que sea repudiable, sin importar quién sea la persona que comete un error, peor aún, un delito. 

Y acá hago una reflexión: pasarle un tanque a un estudiante en Santiago o una tanqueta a un joven en Caracas: ¡Está Mal! Pues, las ruedas de un tanque de un gobierno de derecha, lastiman igual que la tanqueta del gobierno de izquierda. 

Multar a un humorista de “derecha” o a uno de “izquierda” es censura, al menos así lo veo yo. 

Los gobiernos militares de derecha desaparecieron a muchísima gente, y los gobiernos de izquierda también lo están haciendo por lo que concluyo:  Todos los gobiernos tienen las manos llenas de sangre y eso está jodidamente mal. 

Ya es hora de que comencemos a vivir la política con responsabilidad, y haciendo los análisis correspondientes porque esto no es un partido de fútbol o de béisbol donde cada uno tiene que apoyar a su equipo, aunque haga cosas terribles. 

Así que el llamado es a vivir ser coherentes pues vivir el mundo a través de un solo lente es justamente lo que el poder quiere, pues mientras los ciudadanos estemos enfrentados ellos podrán negociar cómodamente. 

El poder necesita un cambio, es necesario volver a la esencia: Los gobiernos trabajan para la gente y no al revés… 

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