Ramón Velásquez Gil
Ciertamente, la actitud que una persona pueda tener ante una situación, se podría concebir como un lenguaje silente. Y es que muchas veces, basta con observar las facciones o movimientos corporales de una persona, para saber qué piensa u opina sobre un evento determinado.
Obviamente no se debe confundir la actitud, que sería algo así como las ganas o impulso para hacer algo, con la Aptitud, que viene a ser el conocimiento, habilidad o destreza para realizar una actividad determinada.
Por ejemplo, cuando yo practicaba carreras de fondo (marat’on), me iba muy bien en la categoría Máster B, en la cual a menudo quedaba en buenos lugares cada carrera.
Entonces mi hermana, muy buena en ese deporte y quien fue que me inició en el mismo, me incitó a que en las salidas de cada carrera, me colocara adelante junto con los corredores élite, para así tener más chance de alcanzar buenos puestos.
Bueno, después de intentarlo, me arrepentí. en la arrancada, no obstante que imprimí velocidad, la avalancha de corredores élite me llevaron por delante y me gritaban !apártate viejo, tas estorbando!. Y poco faltó para salir rodando por el suelo. A Dios gracias pude apartarme a tiempo. Ya ven, tenía la actitud pero no la aptitud.
Me contaba un pana que, en una época en que estaba “pelando bolas”, sin trabajo y sin un centavo en el bolsillo por lo que, cuando hurgaba en el mismo, solo sacaba las basuritas que se agolpan en el fondo, solo le quedó ir de empresa en empresa, tocando puertas y preguntando si tenían empleo.
Entonces en cada empresa que preguntaba, aunque no hubiere vacante los jefes, gerentes y managers se quedaban sorprendidos por la buena disposición del pana y si bien no tenían trabajo para darle, le decían que eso era actitud y por lo menos le daban ánimo para seguir adelante y la promesa de averiguar donde le podrían conseguir trabajo.
Y fue así que uno de ellos le consiguió trabajo con un amigo. Sin necesidad de demostrarlo, ellos se daban cuenta de su buena actitud ante la vida.
Y así es todo en la vida, la buena o mala actitud de la gente, la lleva impresa en la cara y en sus actos triviales.
El éxito siempre dependerá de tu buena actitud para conseguir la aptitud.