Eleanor Lambert, fundadora de la Semana de la Moda de Nueva York y la Gala Met

La casita Trendy

El 10 de agosto de 1903 Crawfordsville, en Indiana, daba la bienvenida a una niña que cambiaría el rumbo de la moda estadounidense. 

Nacía Eleanor Lambert, la misma que varias décadas más tarde crearía muchas de las instituciones y eventos más relevantes de la moda norteamericana.

Durante su adolescencia, Eleanor centraba sus ojos en el mundo del arte. 

En su interior florecía un ávido deseo que decía “¡Mamá quiero ser artista!”, un deseo que la llevó a estudiar en escuelas de artes tan reputadas como la John Herron School of Art y el Chicago Art Institute. 

Conocida como la emperatriz de la Séptima Avenida, antes de ostentar el poder ganó sus primeros dólares cocinando y haciendo cestas de picnic para estudiantes. 

Amante de la belleza, invirtió ese dinero en cursos de arquitectura y con 200 dólares se plantó en Nueva York para comerse la Gran Manzana a pesar de la gran crisis que azotaba el país. 

Su trabajo en el departamento de relaciones públicas de la Asociación Americana de Comerciantes de Arte fue crucial para ser jefa de prensa en el Museo Whitney de Arte Americano, creado en 1930, y llevar las carreras de importantes artistas de la talla de Jackson Pollock, Jacob Epstein e Isamu Noguchi, que al no poder pagar sus obras esculpió un busto con la cara de Eleanor que años después exhibiría en su amplio piso de la Quinta Avenida.

Dio el salto a la moda convencida de que podía posicionar a los diseñadores americanos en el mundo. 

Tras crear la famosa lista, en 1943 fundó la New York Fashion Week y cinco años más tarde ideó una de las reuniones sociales más importantes del mundo, la Gala del Met, cuyos beneficios van destinados al Instituto del Vestido del Museo Metropolitano que en la actualidad gobierna con mano férrea Anne Wintour.

Lambert se casó en dos ocasiones, siendo su último marido el periodista y ejecutivo del conglomerado Hearst Corporation Seymour Berkson, quien le apoyó en sus iniciativas. 

Tras el fallecimiento de su esposo en 1959 compró Casa Leonor en la bahía de Acapulco, donde ofrecía veladas exclusivas a las que asistían los barones de Rothchild, el empresario de los coches de alquiler Warren Avis y la actriz Merle Oberon. 

Sin embargo, las citas más glamurosas las ofrecía en su vasto apartamento de la Quinta Avenida frente a Central Park, donde acudían a almorzar Gloria Vanderbilt, Babe Paley, Óscar de la Renta, los duques de Windsor y en el que los domingos solía celebrar reuniones con reconocidos periodistas internacionales.

Eleanor Lambert vivió 100 años y dejó un gran legado. 

Hoy, sólo podemos decir una cosa: gracias, Eleanor Lambert, por regalarnos la mejor red carpet del año.

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