Empanadas al rolete y sanduchitos en la madrugada

Columnistas

Juan Eduardo Fernández @soyjuanette

Simplemente no lo podía creer, ahí estaba yo otra vez frente al televisor escuchando al presidente anunciando nuevas medidas restrictivas para tratar de bajar la curva de contagios por el Coronavirus. Que HDP este virus de mierrr que nos dio un plazo para retomar poco a poco la calle, reencontrarnos con los amigos y familiares y ahora otra vez aparecía para que nos mandaran a guardar. 

Debo confesar, que esta vez no me afectó tanto como la primera vez, pues el año pasado la incertidumbre se apoderó de mí, y es que creo que inconscientemente lo normalicé o peor aún lo acepté. ¿Será que la cuarentena se volverá una tradición más como la navidad, la semana santa o el verano? Porque si es así, deberían decir: “Chicos se vienen las vacaciones de cuarentena” y así todos nos apertrechamos con helado y chucherías en los meses de aislamiento para maratonear series, leer los libros pendientes y obviamente hacer masa madre. 

Sé que mucha gente ahora mismo está puteando no solo al presidente, gobernadores, intendentes y hasta al Covid, pero yo que soy un tipo pacífico y agradecido le quiero agradecer, pero no a los políticos, sino al virus que se tomó unos meses de vacaciones y pudimos salir al menos un poco.

Me di cuenta de lo que había vuelto a perder, mientras escuchaba a Alberto decir que tendríamos restricciones, pero solo por 9 días, pero no explicó si son 9 días por mes o 9 días cada 9 días. 

Mientras el presidente iba diciendo las medidas una a una, yo dibujaba en mis recuerdos algunos hitos importantes de la corta época de la postpandemia, como cuando el amigo Mariano Di María me invitó al reencuentro en la terraza de Taburete Club de comedia, donde nos prometió (y cumplió) que habría “Empanadas al rolete”, de jamón y que son, carne picada, humita, roquefort, etc. Aquello fue maravilloso, porque después de casi un año prácticamente todos los comediantes del under porteño nos reunimos para reír y hasta cantar en el karaoke. Esa noche terminó de una forma maravillosa: Alrededor de 10 comediantes terminamos a las 3 de la madrugada comiendo sanduchitos, sentados en la vereda de la Avenida Santa Fe. 

Después recordé mi primera vuelta a Paseo la plaza, otro lugar hermoso de mi amada Buenos Aires, y donde tuve mi show todos los domingos antes de la pandemia. De hecho, si llegan a pasar ahora por la puerta de The Cavern, verán el cartel con mi cara y la de mis compañeros de “Muy Domingo”. Ese primer show de la postpandemia fue maravilloso, me temblaban las patitas como la primera vez que me presenté, pero descubrí que mi capacidad de hacer reír seguía intacta. 

Ya cuando el presidente iba terminando con la cadena nacional para anunciar las medidas, recordé a mi tribu, Los Wakandianos, esa hermosa productora con la que trabajo desde hace años y con la que he logrado sueños maravillosos, y tal vez el más importante de todos fue poder abrir en tiempos de pandemia, La Sala Wakanda, un nuevo espacio para que los comediantes puedan presentarse. 

Pero ahora, todo esto volvió a la estacionalidad, es decir, pasamos del Stand Up al Stand By… creo que ahora cuando me pregunten ¿Qué pasó con el Stand Up? Contestaré “nada, lo dejé, ahora hago Stand By”.

Solo espero que realmente sea por poco tiempo y nos termine de vacunar a todos, pues la gente trabajar, reír, hacer reír y por supuesto comer muchas empanadas al rolete o sanduchitos de miga sentados en la vereda. 

Pero por ahora Cuídense, que el Virus no es juego. 

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