Paul Auster y su libro «La llama inmortal de Stephen Crane»

Espectáculo

Paul Auster le consagra las 1.033 páginas de La llama inmortal de Stephen Crane (Seix Barral) a este escritor que se méritos propios se merece la reivindicación que el siglo anterior le negó.

Nacido el Día de los Difuntos y muerto cinco meses antes de su vigésimo noveno cumpleaños, Stephen Crane vivió cinco meses y cinco días en el siglo xx, deshecho por la tuberculosis antes de haber tenido ocasión de conducir un automóvil o contemplar un aeroplano, ver una película proyectada en pantalla grande o escuchar la radio, un personaje del mundo del caballo y la calesa que se perdió el futuro que aguardaba a sus pares, no solo la creación de aquellas máquinas e inventos milagrosos, sino los horrores de la época también, incluida la aniquilación de decenas de millones de vidas en las dos guerras mundiales.

Auster quiere rescatar del olvido a este escritor y periodista que en apenas ocho años de carrera escribió la obra maestra La roja insignia del valor por la que con 25 años se convirtió en una celebridad, dos novelas cortas, tres docenas de relatos, dos recopilaciones de poemas y más de doscientos artículos periodísticos. 

El autor ha querido contar la vida de Crane con precisión y presentar su trabajo, pero no como haría un crítico literario, ya que le gusta la crítica académica sino como lo haría un enamorado de la literatura y de la obra de un escritor.

Auster detalló que “en su vida tan corta, Crane produjo más de 3 mil páginas, tan solo de contenido impreso, publicado, eso incluye poesía, historias cortas, novelas y todo tipo de textos periodísticos, como artículos sobre Nueva York y reportajes como corresponsal de guerra, la más importante que cubrió fue en Cuba durante la guerra hispano-estadunidense.
“Me di cuenta que quería escribir algo sobre él para demostrar mi aprecio por su trabajo e intentar explicar por qué las personas debería de comenzar a leerlo de nuevo. Pensé que escribiría un libro de unas 200 páginas, un agradecimiento muy corto. Pero una vez que comencé a explorar su vida y lo interesante que fue pensé ‘bueno, tal vez 200 páginas no sean suficientes’. Nunca me imaginé que sería el libro de más de 800 páginas que es inglés”.

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