MARF
Amigos, hoy quise aprovechar este espacio para hablar de un tema nada nuevo, pero sí muy importante y, a mi parecer, cada vez más ignorado: la hipersexualización en la niñez.
La hipersexualización es un fenómeno que consiste en “la exaltación de los atributos sexuales de una persona por encima de otras cualidades” como medio de obtención de un mayor valor social, que se ve normalizado principalmente a través de las redes sociales y los medios de comunicación.
En el caso de los niños, es cada vez más frecuente observar como tienen actitudes de falsa madurez e incluso una apariencia de persona adulta, distorsionando así el desarrollo natural de las etapas de su vida, de acuerdo al testimonio de expertos.
Cada día es más común ver imágenes y videos de niños bailando con pasos considerados sexys, o utilizando maquillaje desde muy temprana edad como sucede en los concursos de belleza infantiles; una cultura que considero debería ser prohibida de una vez por todas.
Todo este asunto viene dado por la exposición de los niños a mensajes con contenido sexy, que puede crear en ellos la falsa idea de que el éxito está vinculado únicamente a su imagen y que mientras más pronto le saquen provecho, mejor; pero el mayor problema viene cuando los adultos responsables de estos niños apoyan este tipo de conductas.
Preguntarles sin tienen novio/a, incentivarlos a que utilicen ropa o accesorios no acordes para su edad, y grabarlos y aplaudirles cuando tienen comportamientos que podrían considerarse de adultos, son el tipo de acciones a las que me refiero al decir que los mayores apoyan, y que incluso pueden convertir a los niños, en blancos fáciles para personas que podrían causarle un mayor daño.
Si bien la sociedad en general está hipersexualizada y es casi imposible esquivar este tipo de contenidos, es el deber de padres y responsables encargarse de que los niños tengan el menor acceso a ellos y que en algún punto pueden acabar con las barreras entre lo que está bien para su edad y lo que no.
Mientras más pronto se evite, menor será la cantidad de niños que puedan llegar a desarrollar trastornos alimenticios, ansiedad o depresión, porque no estén satisfechos con su imagen.
La transición precoz a la vida adulta, sin estar preparados mental ni físicamente para ello, es un problema social que hay que erradicar, no solo por la preservación del bienestar en la niñez, sino además, para evitar crear toda una generación de adultos súper vulnerables, con problemas de autoestima e incapaces de dirigir a la sociedad a una mejoría.