El cambio en las prácticas sexuales dispara las ITS y el cáncer

Salud

En las últimas dos décadas se ha producido un rápido aumento de los casos de cáncer de garganta en Occidente, hasta el punto de que algunos expertos lo han calificado de epidemia.

Este aumento exponencial, que se está cebando especialmente con los jóvenes, tiene que ver con un tipo específico de tumor, el cáncer orofaríngeo, que se suele situar en la zona de las amígdalas y la parte posterior de la garganta. 

El cáncer orofaríngeo tradicionalmente se ha asociado a dos factores de riesgo que siguen siendo vigentes: el tabaco y el alcohol. La inmensa mayoría de los casos estaban relacionados con estos hábitos y solían suceder en pacientes por encima de los 65 años.

Pero ahora se está dando un cambio de paradigma, porque cada vez está tomando mayor peso los casos de cáncer orofaríngeos relacionados con el virus del papiloma humano (VPH) y en pacientes más jóvenes de lo que era habitual hasta hace unos años, con edades inferiores a 50-55 años. 

Más concretamente, el llamado p16 positivo, el tipo de cáncer orofaringe que contienen ADN del VPH, siendo “el perfil donde más se está viendo, en torno al 70% de los casos, la población joven. Entendido en oncología joven por los menores de 50”. El cual, es “mucho más frecuente en varón que mujer”, añade.

Cambio en los hábitos sexuales

El aumento de este tipo de cáncer está relacionado «con ciertos hábitos sexuales y cambios de hábitos de la población. La principal vía para que el VPH acabe llegando es a través del sexo oral, pudiendo infectar la boca y la garganta. Y, generalmente, tarda varios años desde que la persona se infecta hasta que se produzca el cáncer. 

En este punto cabe destacar que las infecciones de transmisión sexual (ITS) no paran de crecer en España, especialmente entre los más jóvenes.

Así lo constata el último informe que acaba de publicar Instituto de Salud Carlos III, perteneciente al Ministerio de Sanidad, que destaca que desde el inicio de la década de 2000 se observa un aumento en la incidencia de este tipo de infecciones, especialmente entre varones.

De este modo, el menor cuidado por la salud sexual en los últimos años y el cambio de tendencia en cuanto al aumento de las parejas íntimas, favorece la enfermedad. Eso sí, aunque se haya producido este aumento relacionado con el VPH, el especialista hace hincapié en que no deja de existir la relación con los factores clásicos.

Es más, no hay un perfil único. De hecho, concretamente en España, el patrón más habitual es el mixto: el paciente que combina los factores clásicos de asociación de cáncer de faringe, tabaco y alcohol, con positividad para el virus del papiloma humano.

En otros países, como los asiáticos siguen siendo el tabaco y el alcohol los factores predominantes. Y por ejemplo, en Estados Unidos, se ha dado la vuelta a la tortilla y los casos más prevalentes son los relacionados con el VPH». En España estamos en una situación intermedia en el que va reduciendo el hábito de

Vacunación contra el VPH para prevenir

A finales de 2007 se comercializaron en España las 2 primeras vacunas contra ciertas variedades del VPH, dando el pistoletazo a una campaña de inoculación en mujeres jóvenes que no estuvo exenta de polémica.

El objetivo era claro: prevenir el cáncer de cuello de útero evitando el contagio del virus, que es el principal causante de la enfermedad. Más de 15 años después, varios estudios han confirmado su éxito para esquivar la enfermedad.

Uno de lo más recientes, publicado en el Journal of the National Cancer Institute, ha analizado los casos clínicos de una cohorte de mujeres que se vacunaron de adolescentes, corroborando que hoy en día están libres del virus culpable del 95% de los cánceres de cuello de útero.

Para el oncólogo esta es una de las herramientas que permitirán reducir el cáncer de garganta, en este sentido señala que «la vacunación contra papiloma humano para varones jóvenes [que ya se está haciendo en algunas comunidades] es la clave para reducir esta incidencia.

Y hace hincapié en que «una de las medidas que se debería tomar inmediatamente es la universalización en los pacientes preadolescentes de la vacuna papiloma humano en varones, tanto varones como mujeres.

Esto a la larga llevará a la ausencia de infección por VPH y, por tanto, la reducción del riesgo de contraer un cáncer de faringe».

En cuanto a prevención, más allá de la protección sexual, insiste en la necesidad de evitar el alcohol, el tabaco y al mismo tiempo señala a la importancia de una buena higiene bucodental.

Síntomas y pronóstico del cáncer orofaríngeo

Entre los síntomas del cáncer orofaríngeo podemos encontrar: 

  • Un dolor de garganta o la sensación de que hay algo atascado en la garganta que no desaparece
  • Dificultad para masticar o tragar
  • Dificultad para mover la mandíbula o la lengua
  • Entumecimiento de la lengua u otra área de la boca
  • Hinchazón de la mandíbula que hace que las dentaduras postizas no se adapten como es debido o se sientan incómodas
  • Aflojamiento de los dientes o dolor alrededor de los dientes o en la mandíbula
  • Cambios en la voz
  • Un bulto o masa en el cuello
  • Pérdida de peso
  • Mal aliento constante

El cáncer orofaríngeo es un tumor de cabeza y cuello que tiene un razonable buen pronóstico. Pero centrándonos en el caso del relacionado directamente con el virus del papiloma, este tiene todavía un plus de mejor pronóstico.

Lo que se ha visto en este tipo de cánceres es que aunque la localización anatómica sea la misma, su comportamiento clínico no tiene nada que ver.

El pronóstico de estos pacientes es mucho más favorable que el cáncer de orofaríngeo exclusivamente debido a alcohol y tabaco», explica. En concreto, señala que se suele conseguir la remisión de la enfermedad en torno al 90% de los casos. 

«Este tipo de tumores tiene un comportamiento clínico distinto. Hay muy poca enfermedad en la localización original del tumor, pero tiene a la vez mucha enfermedad ganglionar en el cuello.

O sea, es un tumor que disemina rápido a los ganglios y que tiene una proliferación rápida; pero a la vez tiene una sensibilidad a la respuesta de los tratamientos clásicos de esta enfermedad, radioterapia y quimioterapia, que es muy superior al cáncer tradicional.