Implementación de la Ley de Erin en el ámbito educativo

Educación

Aliria M. Ruíz Blanco

El año escolar en curso ha sido algo diferente debido a las nuevas modalidades de aprendizaje que se han tenido que implementar debido a la pandemia por covid-19, sumado a ello, están los reportes o denuncias que se han hecho públicas por medios de comunicación en cuanto al abuso sexual infantil en ligado al ámbito educativo independiente de la forma en se esté llevando la educación actualmente.

Por fortuna existe una ley, y es la Ley de Erin que es un movimiento nacional que permite de alguna manera la aprobación de leyes que estén a favor de la prevención del abuso sexual infantil en las escuelas públicas del país.

Su fundadora fue Erin Merryn una sobreviviente de abuso sexual infantil, que defiende una educación preventiva en todas las instituciones del país. La ley de Erin fue aprobada por unanimidad tanto en la Cámara como en el Senado en marzo de 2018.

Cabe destacar,  que el proyecto de ley nombró a la Oficina del Superintendente de Instrucción Pública (OSPI) como la agencia principal encargada de revisar los planes de estudios y ayudar al Departamento de Niños, Jóvenes y Familias (DCYF) a desarrollar un programa para la prevención del abuso sexual infantil en los grados K-12.

Básicamente se analizaron dos componentes para la implementación de la Ley Erin, como lo fue la revisión del plan de estudios y las recomendaciones de un grupo de trabajo, en los que se considero opiniones e informaciones tanto de los distritos como de  particulares interesados en dicha ley.

Se construyó bajo los enfoques fundamentales para la prevención del abuso sexual, se persigue garantizar que exista un  lenguaje común ante la  prevención de este flagelo. Abarca diferentes niveles de áreas de prevención como lo son escuelas, aulas, comunidad, organización estatales y locales entre otras. Además incluye políticas y procedimientos dirigidos a la capacitación del maestro, familia, estudiante y demás personal educativo.

El educador además de las familias son una herramientas valiosa, que asociadas fortalecen los planes de trabajo en las comunidades para la prevención integral del abuso sexual infantil.                                     

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