Cuando pienses que eres cool recuerda que un día hubo alguien que te llevó la delantera.
Icono de moda antes de que el término acabara descartándose por manido, de la reivindicación de las pasarelas en favor de la diversidad, de la desinhibición millenial.
Antes de todo lo que creemos moderno hoy, «ocurrió» Iris.
Jovial, simpática, divertida y rebosante de collares y anillos, además de sus llamativos lentes, Iris Apfel, decoradora y socialité nacida en Nueva York, sigue siendo una de las mujeres que más marca la moda actualmente a sus 100 años y lo hace con más ímpetu que sus jóvenes compañeras blogueras.
Nacida el 29 de agosto de 1921 en Nueva York, recientemente cumplió 100 años sin renunciar a un estilo hiperbólico en el que las joyas extragrandes, los estampados y colores cegadores adquieren armonía.
Iris convence: combinar el último pantalón de estampado de leopardo de Dolce & Gabbana con una pieza de mercadillo no es un síntoma de que se te ha ido la cabeza y nadie de tu entorno se atreve a darte un consejo.
La moda es para disfrutarla tenga uno la edad que tenga.
Tomó nota de este mantra el Metropolitan Museum of Art de Nueva York que en 2005 le dedicó una exposición a su armario.
La protagonista, a la que como era de esperar no le falta sentido del humor con ella misma, se apodó «la estrella del geriátrico».
Iris trabajó en su juventud en la revista de moda Women’s Wear Daily y como asistente del ilustrador de modas Robert Goodman, a través de quien conociera a Elinor Johnson.
En 1947 conocería al comerciante textil Carl Apfel con quién en 1948 contraería matrimonio y dos años después fundaran su compañía textil y de diseño de interiores Old World Weavers.
Esta compañía tomaría parte en diversos proyectos de diseño y restauración, incluyendo trabajos para la Casa Blanca en 9 ocasiones durante las administraciones de los presidentes Truman, Eisenhower, Kennedy, Johnson, Nixon, Ford, Carter, Reagan y Clinton
Si bien siempre tuvo un estilo personal impecable y buen ojo para la moda, la industria no la llamó oficialmente hasta mucho más tarde. “Mi primer gran trabajo en la moda llegó cuando tenía 84 años, así que, por muy cliché que sea, la edad es solo un número para mí”, dice. “Pero ser un apasionado de mis proyectos y poner mi corazón y mi alma en ellos me ha mantenido joven. Por eso nunca dejaré de trabajar”.
Solo en sus noventa, Iris Apfel firmó con la agencia global de modelos IMG, publicó un libro para colorear autobiográfico y una memoria, y debutó con una colección cápsula de moda con HSN y una colección para el hogar con Grandin Road.
Y ahora, para conmemorar su cumpleaños, se asoció con la marca de lentes Zenni para diseñar la colección Iris Apfel Zentennial, que presenta una colorida selección de monturas grandes y atrevidas que se han convertido en su accesorio característico.
El mejor mensaje que nos manda con cada una de sus apariciones públicas la socialité neoyorquina y quien fue la diseñadora de interiores favorita de la Casa Blanca con la empresa Old World Weavers que fundó junto a su marido, Carl Apfel, es que la edad no importa.
Una frase que suena a tópico hasta que ves cómo alguien la pone en práctica.
