La inmigración es la principal arma retórica de la campaña de Donald Trump contra las aspiraciones de Kamala Harris. Pero este viernes, la vicepresidenta pretende hacerse fuerte en ese asunto con su visita a la frontera.
El expresidente Donald Trump, como en sus campañas anteriores, ha buscado hacer de lo que llama “invasión” de inmigrantes una de sus principales armas.
Y el asunto ha aparecido efectivamente como una de las debilidades de la candidatura de la vicepresidenta Kamala Harris.
Una nueva encuesta realizada por The Associated Press y el Centro NORC para la Investigación de Asuntos Públicos, divulgada este mes, encontró que los votantes confían más en Trump que en Harris como el candidato que puede manejar mejor el tema migratorio.
De hecho, el asunto ya fue un problema para el presidente Joe Biden: la inmigración y los cruces no autorizados de la frontera entre Estados Unidos y México han sido un desafío durante gran parte de su gobierno.
Pero este viernes, con su visita la frontera en Arizona, Harris parece buscar ponerse al ataque para tratar de convertir el tema migratorio en una fortaleza y contrarrestar así los ataques de Trump
Se espera que la vicepresidenta hable del plan bipartidista para reforzar la seguridad en la frontera cuya tramitación quedó estancada en el Senado por la oposición de Trump porque, según los críticos, no le convenía a su campaña que el asunto quedara resuelto.
En la frontera, como en otros momentos de la campaña, Harris también buscará hacer valer su experiencia como fiscal general de California, época en la que tuvo que enfrentarse a bandas de traficantes de drogas, armas y seres humanos.
Según su jefe de campaña, Harris también volverá a rechazar “la falsa idea de que hay que elegir entre garantizar la seguridad de la frontera y crear un sistema de migración seguro, organizado y humano”.
Trump arremete contra la gestión migratoria de Harris
Pero Trump ha hecho girar gran parte de su campaña en la mano dura contra la llegada de inmigrantes, hablando radicales deportaciones masivas y haciéndose eco de teorías conspiratorias como las de Springfield, Ohio.
En casi todos sus mítines de campaña, el expresidente republicano ha criticado (e insultado) a Harris como la antigua “zarina fronteriza” del gobierno de Joe Biden, afirmando que supervisó políticas fronterizas más relajadas que permitieron que millones de personas entraran ilegalmente al país.
Este mismo jueves, tachó a la vicepresidenta de “incompetente, débil e ineficaz” y la acusó de ir a la frontera “para tratar de convencer a la gente de que no es tan mala”.
“Cuando Kamala habla sobre la frontera, su credibilidad es menor que cero”, dijo Trump. “Espero que lo recuerden el viernes. Cuando les hable de la frontera, háganle una simple pregunta: ‘¿Por qué no lo hicieron hace cuatro años?’”.
Trump también arremetió duramente contra dos vías creadas por el gobierno del presidente Joe Biden para migrar legalmente al país: pedir cita a través de la aplicación móvil CBP One y el llamado ‘parole humanitario’ que, cada mes, permite a 30,000 cubanos, venezolanos, haitianos y nicaragüenses llegar si cuentan con un patrocinador en el país que cubra sus gastos.
El miércoles, en su entrevista con MSNBC, la vicepresidenta se refirió al tema, señalando que Estados Unidos tiene “un sistema de inmigración que no funciona” y que hay que “arreglar”. Además, acusó a Trump de “postularse sobre un problema, en lugar de arreglarlo”.
“Necesitamos un plan integral”, dijo, “que incluya lo que debemos hacer para fortalecer no solo nuestra frontera, sino también para abordar el hecho de que también necesitamos crear vías para que las personas obtengan la ciudadanía”.
En Douglas, Arizona, uno de los estados clave en las elecciones, Harris “pedirá medidas de seguridad más estrictas”.
Se espera que prometa reforzar el número de agentes y desplegar más equipos para detectar fentanilo, un opiáceo sintético que causa estragos en Estados Unidos.