«La vida fácil» de Richard Price, supera los límites de la historia criminal

Espectáculo

La vida fácil es la historia de un crimen cometido en Nueva York y de sus consecuencias, centradas en los responsables del crimen, las víctimas y sus familias, los agentes de policía que siguen con tenacidad los rastros que dejan las pruebas y que apuntan a las más remotas posibilidades, y el contexto bullicioso y caótico de un ambiente urbano exóticamente mixto para siempre amenazado por la venalidad, la violencia y la desesperación. 

La novela abre con un intenso mosaico de escenas paralelas que desembocan en la mañana del incidente. 

La gran novela de Richard Price supera los límites de la historia criminal y muestra el mundo desesperado del Nueva York del siglo XXI, con una mezcla perfecta de jactancia y compasión.

Célebre por sus diálogos vertiginosos y realistas, Richard Price, ganador de un premio Edgar como guionista de la serie de la HBO The Wire.

Eric Cash, encargado de un restaurante del East Side y escritor en ciernes, y su nuevo barman, Ike Marcus, acompañan a un amigo a su casa después de una noche de copas. 

De repente se oye un tiro, e Ike cae muerto en medio de la calle. Eric le cuenta a la policía que dos chicos los asaltaron y que, cuando Ike se resistió, uno de ellos le disparó sin más. 

Sin embargo, en la historia que Eric cuenta hay lagunas. En ningún momento llamó a la policía, y dos testigos oculares aseguran no haber visto a nadie. 

Un veterano agente de homicidios y su compañera latina se hacen cargo del caso mientras intentan mitigar el insoportable dolor que sufre el padre de Ike.

Entramos en el Lower East Side, conocemos sus calles, su ambiente y acompañamos por sus calles a los policías Matty y Yolonda, pero también conoceremos el impacto general. 

Y si comienzo hablando del barrio en el que se produce, es porque llega un momento en el que, incluso en una novela cargada de diálogos, el barrio se convierte en un personaje más, un personaje multirracial, con diferencias y presiones que a veces hacen saltar a sus habitantes, que habla precisamente por la boca de ellos. Hablar, una vez más la palabra mágica en esta novela. 

Descubrir cómo les afecta, sus reacciones en un interrogatorio, las presiones de la policía, las contradicciones, la trampa. Conocer a Yolonda, un personaje redondo en muchos sentidos. 

Partir, en definitiva, de la declaración de un testigo que hace aguas porque, para empezar, se contradice con la de otros dos, e ir tirando del hilo hasta descubrir qué pasó.
«Fuerza operativa Calidad de Vida: cuatro sudaderas en un taxi falso apostado en la esquina de Clinton Street, junto a la rampa de salida del puente de Williamsburg. Su cometido: determinar el perfil de la ruta del salmón entrante; su mantra: droga, armas, horas extra; su lema: todo el mundo tiene algo que perder.»

La idea, entre tanta novela negra en el mercado, de encontrarme con una que apostara por un realismo casi total, nos parecía sumamente atractiva.

Por eso, hoy les traemos, La vida fácil.

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