Juan Eduardo Fernández “Juanette”
Hola amigos lectores ¿Cómo están? Lamento sacarles de su letargo, pero tengo que darles una noticia que a lo mejor no les guste (o capaz ni les interesa): La guerra entre Rusia y Ucrania no ha terminado. Si, ya sé, que en el mundo están pasando mil cosas y que no se puede estar pendiente de todo, pero era simplemente para recordárselos.
Igual no te preocupes, esto no se trata de una nota dantesca donde te contaremos cuántos edificios han sido bombardeados o cuántas personas han muerto. Pues como esto es una columna donde me gusta hablar de humor, voy a contarles acerca de los payasos de la guerra.
¿Qué puede hacer un payaso en una guerra?
Antes de hablar de los payasos en la guerra, aprovecho para contarles de dónde vienen:
Según una publicación de ClownPlanet, el origen de los payasos se remonta al antiguo Egipto, específicamente aparecieron en el año 2500 A.C. en tiempo de la Dinastía de Dadkeri-Assi, donde se evidencia la existencia del “primer bufón de una corte”.
Después esta figura bufonesca se hizo popular y fue apareciendo en las cortes de China, Europa, y con la conquista española, el bufón llegó al imperio Azteca.
Ahora bien, la labor de este personaje no era solo divertir a los miembros de la corte, pues en algunos casos, era llevado al frente de batalla para entretener a los ejércitos. Justamente esta costumbre sigue existiendo… no me refiero a la de llevar payasos a la batalla, sino a la estúpida y sin sentido tradición de la guerra.
En la actualidad organizaciones como payasos sin fronteras y Dream Doctors Proyects, entre otras, son las encargadas de recibir a los desplazados que llega a Polonia desde Ucrania. El trabajo de estos bufones modernos es darle, al menos por una hora, algo de diversión a los niños, adolescentes y mujeres que dejan atrás el horror.
Para contarles en primera persona, lo que siente un payaso de la guerra, quiero compartirles una cita de la entrevista que hizo la periodista Valeria Musse del diario La Nación, a Ignacio Camarero, miembro de Payasos sin fronteras:
“La risa es tan necesaria como esa taza de café caliente que les dan apenas cruzan la frontera. Lo que pretendemos es hacer que durante esa hora de entretenimiento no piensen en más nada que en el show. Y por suerte se consigue aliviar un poco tanta tristeza”
Se puede decir que estas organizaciones libran dos guerras: la guerra que vemos todos en la televisión, y la guerra interna contra la desesperanza, la resignación y la muerte en vida. Mientras Rusia y Ucrania se arman con tanques, misiles, y armas de alto calibre; y los políticos del mundo se llenan los bolsillos con este enfrentamiento sin sentido. Las únicas armas de los payasos son su nariz roja, globos y buen humor.
Esperemos que el conflicto termine pronto, y esos niños ucranianos que cruzan la frontera dejen la guerra atrás, pero siempre recuerden aquello que un payaso les enseñó: El humor siempre, pero siempre, se abrirá paso ante el terror.