Hay una tendencia que llega directamente de Nueva York y que arrasa: las mechas rubias ‘dirty’, una técnica que consiste en unos mechones muy difuminados que llenan de luz la melena y que acentúan aún más el tono dorado. «Son muy suaves y cálidas, con un efecto más natural y un mantenimiento más sencillo. Aquí los colores se funden o ensucian, literalmente, de ahí su nombre», explica Sonia Atanes, directora del salón de taninoplastia capilar SAHB
El dirty chai es una bebida muy popular en cafeterías de todo el mundo, que mezcla café con té chai. Una bebida que en esta época del año apetece muy calentita y que nos pone las pilas desde primera hora de la mañana. Pues lo mismo ocurre con el color de pelo dirty chai. Un color de pelo fresco, brillante, que da un aire de melena saludable pero sin perder esta estética tan chic.
El dirty chai es una variación del rubio que puede complementarse con balayage beige para iluminar y dar más dimensión a la melena y que tiene unos tintes más oscuros. De ahí lo de ‘dirty’ (sucio), pero que es modulable: puede ir desde el tono más beige al rubio oscuro muy natural.
«Los rubios que aplican reflejos más claros en los mechones cercanos al rostro, así como de medios a puntas siempre revitalizan la imagen. Este año además dan un paso al frente y se combinan con mechas en tonos rubios más oscuros para crear la famosa multidimensionalidad típica del pelo infantil. El resultado es una melena vibrante y con cuerpo y fácil de llevar», nos asegura Gonzalo Zarauza, peluquero y asesor de imagen.
Y es que para esta temporada además del rubio vainilla de Anya Taylor-Joy, vienen todo tipo de versiones, desde el sandy (arena) al ice platinum (ceniza, helado), el mushroom que es ideal sobre pieles claras o el chai que ilumina y genera contraste en las bases más castañas o el dirty blonde, una tendencia que viene de Nueva York y consiste en apostar por unas mechas muy difuminadas, suaves y cálidas.