Giorgia Meloni abre camino al postfascismo italiano

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El triunfo contundente del centro derecha en Italia, la crisis de la izquierda, con apenas un 26, 78%, la aplastante derrota del ministro en funciones de Asuntos Exteriores, Luigi Di Maio, exlíder del Movimiento 5 Estrellas, que abandonó el partido con más de 60 parlamentarios y no ha llegado ni al 1% de votos con el partido que fundó; pero fundamentalmente la subida del partido Hermanos de Italia, y de su lideresa, Giorgia Meloni, que de las elecciones de 2018 en las que obtuvo el 4.3% de los votos, pasó a convertirse en la primera organización del país, muestran claramente que ha comenzado una nueva Italia y que existe una realidad en que una mujer abrirá un doble camino: 

Unidad y responsabilidad 

En esta madrugada post electoral, una eufórica, pero moderada Giogia Meloni quien será la primera mujer y primera postfascista que llega al Palacio Chigi, sede de la presidencia del Ejecutivo, después de haberse sucedido 69 gobiernos en la República italiana, desde el final de la Segunda Guerra Mundial, dijo:«Es la hora de la unidad y de la responsabilidad». 

La victoria de Giorgia Meloni marcará un cambio histórico para Italia. Rompe un doble tabú: Será la primera mujer y primera postfascista que llega al Palacio Chigi, sede de la presidencia del Ejecutivo, después de haberse sucedido 69 gobiernos en la República italiana, desde el final de la Segunda Guerra Mundial, dijo: “Es la hora de la unidad y de la responsabilidad.«Cuando haya pasado esta noche, tendremos que recordar que no estamos en un punto de llegada, sino un punto de partida.

Las condiciones en las que Italia y la Unión Europea se encuentran son particularmente complejas, necesitamos la contribución de todos y un clima sereno, así como el respeto mutuo». «Esta es la hora de la responsabilidad, si queremos hacer historia.

Italia nos ha elegido y no la traicionaremos, como nunca la hemos traicionado. Si hemos sido llamados a gobernar, lo haremos para todos los italianos con el objetivo de unir a este pueblo, de realzar lo que lo une y no lo que lo divide – 

Orgullosos de ser italianos 

El gran objetivo que nos hemos propuesto en la vida es que los italianos puedan volver a estar orgullosos de ser italianos, de ondear la bandera. Es la tarea que honraremos». Giorgia Meloni insistió varias veces que le corresponde la dirección del Ejecutivo, porque «ha sido clara la indicación de los italianos: un gobierno de centro-derecha liderado por los Hermanos de Italia». 

El nuevo gobierno 

Pese al triunfo arrollador de la derecha y de Giorgia Meloni, todavía faltan por resolverse para la formación del nuevo gobierno. 

Ahora le toca el turno de acción al presidente Sergio Mattarella. Él tendrá que reunirse con la coalición ganadora, y de allí saldrá el equipo gobernante, que desde luego debe estar encabezado por Giorgia Meloni, pero en el que seguramente se harán objeciones a algunos de los candidatos a ministros. 

Un pueblo hastiado 

La abstención en estas elecciones alcanzó un récord histórico: votó el 63,91%, frente al 72,9% en los comicios del 2018, es decir, 9 puntos porcentuales menos. La abstención confirma el hastío de muchos ciudadanos, desorientados porque la campaña electoral no les aportó propuestas realistas para solucionar sus problemas.  

Dos Italias 

No es extraño que Giorgia Meloni haya hablado de unidad y responsabilidad, porque estas elecciones dejaron un país dividido. Meloni reconoció, en su discurso en la madrugada, que «hemos vivido una campaña electoral que no fue nella, con tonos fuera de lugar y violentos».

Son muchos los temas importantes en juego y ninguno de ellos quedó despejado durante la campaña electoral, porque ni siquiera hubo un solo debate electoral en televisión entre los principales candidatos. Está pendiente la reforma del Estado, con una república en la que el presidente sea elegido por votación directa de los ciudadanos, como sueña Meloni, con la oposición de la izquierda; por otro lado, todos los partidos han prometido bajar los impuestos, aunque con formas absolutamente diferentes. 

Muy divergentes también son las ideas de la derecha e izquierda sobre cómo abordar el problema de los inmigrantes; otro tanto sucede sobre los derechos civiles y el medio ambiente. En definitiva, hay dos Italias, con ideas y visiones diferentes. Además, la crisis económica ha profundizado aún más las divisiones entre el Sur pobre y el Norte, cuya renta per cápita es casi el doble. 

Ante esta situación está el criterio del llamado postfascismo, ante el que existe expectativa porque nadie sabe exactamente lo que significa. Esos son en análisis ligero, los retos de la nueva primera ministra