Volodimir Zelenski habló ayer ante la Asamblea General de la ONU en circunstancias muy especiales. Sin americana, y con su tradicional camiseta verde, el presidente de Ucrania se dirigió a la comunidad internacional por teleconferencia desde su país, que ha vuelto a ser amenazado con un ataque nuclear por parte de Rusia.
El presidente de Ucrania presentó un caso detallado contra la invasión de Rusia en las Naciones Unidas y exigió el castigo de los líderes mundiales en un discurso pronunciado pocas horas después de que Moscú hiciera un anuncio extraordinario de que movilizaría a algunos reservistas para el esfuerzo de guerra.
Alentado por una contraofensiva que ha retomado franjas de territorio que los rusos tomaron, Volodymyr Zelenskyy prometió en un discurso de video el miércoles que sus fuerzas no se detendrían hasta que hubieran recuperado toda Ucrania.
«Podemos devolver la bandera ucraniana a todo nuestro territorio. Podemos hacerlo con la fuerza de las armas», dijo el mandatario en un discurso pronunciado en inglés. «Pero necesitamos tiempo».
Sólo siete no querían oirlo
Había hecho falta una votación en la ONU para permitir a Zelenski enviar un mensaje sin estar presente en Nueva York. De los 193 países miembros, solo siete votaron en contra. Zelenski los nombró, uno a uno: Rusia, Bielorrusia, Cuba, Nicaragua, Siria, Corea del Norte y Eritrea. Fue al final de su discurso, que concluyó, también de una manera inusual: con una ovación de un minuto de los asistentes en el Plenario
El tema apareció en discursos de líderes de todo el mundo que deploraron la invasión, entre otras cosas porque dijeron que no era consistente con los principios fundamentales de las Naciones Unidas, incluido el respeto por la soberanía.
Es un ataque a esta misma institución en la que nos encontramos hoy», dijo la presidenta moldava, Maia Sandu, cuyo país limita con Ucrania.
Esta guerra se trata de extinguir el derecho de Ucrania a existir como estado, simple y llanamente, y el derecho de Ucrania a existir como pueblo. Quienquiera que seas, dondequiera que vivas, lo que creas, eso debería hacer que tu sangre se enfríe», dijo. «Si las naciones pueden perseguir sus ambiciones imperiales sin consecuencias, entonces ponemos en riesgo todo lo que esta misma institución representa. Todo».
El discurso de Zelenskyy se distinguió por su contexto. Tuvo lugar después del anuncio de movilización extraordinaria de Moscú. Fue la primera vez que Zelenskyy se dirigió a los líderes mundiales reunidos desde que Rusia invadió en febrero. Y no se entregó en la tribuna donde hablan otros presidentes, primeros ministros y monarcas, sino por video después de que a Zelenskyy se le otorgó un permiso especial para no venir en persona.
Zelenskyy no discutió los desarrollos en detalle. Pero sugirió que cualquier conversación rusa sobre las negociaciones era solo una táctica dilatoria, y que las acciones de Moscú hablan más fuerte que sus palabras.
Cinco condiciones para terminar la guerra
Zelenski acabó diciendo: «Les deseo paz». Poco antes había declarado que «estamos listos para la paz», y que, por eso, «el mundo está con nosotros». Pero la paz pasa por cinco condiciones que no son negociables: la restauración de la integridad territorial de su país, garantías de seguridad frente a posibles agresiones en el futuro, el pago de indemnización por parte de Rusia y plena libertad a Ucrania para aliarse con otros países.
En otras palabras: la neutralidad de Ucrania, que Kiev llegó a plantear en alguna ocasión para tratar de apaciguar a Moscú, ya no está sobre la mesa. Si algo ha logrado Putin es reforzar la independencia de Ucrania.
Asimismo, volvió a denunciar la invasión rusa y la destrucción que ha causado y reclamó al resto del mundo «un castigo justo», para Moscú porque, dijo, «se ha cometido un crimen contra Ucrania».
