Los empleados de cuatro ubicaciones de Starbucks en el área de la ciudad de Nueva York han presentado peticiones para formar sindicatos, uniéndose a un impulso laboral nacional al que la cadena de cafeterías se ha opuesto ferozmente.
Los trabajadores de las tiendas Starbucks en Manhattan, Brooklyn y Long Island presentaron peticiones ante la Junta Nacional de Relaciones Laborales para organizarse a través de Workers Unite, una afiliada del Sindicato Internacional de Empleados de Servicios. El mismo grupo representa a los trabajadores de dos locales de Starbucks en el área de Buffalo que han formado sindicatos.
Las ubicaciones afectadas por las presentaciones incluyen el buque insignia de Starbucks, «Reserve Roastery», en el Meatpacking District, con empleados tanto en el escaparate público del sitio como en su planta de fabricación que buscan el reconocimiento de la NLRB.
Workers United dijo que las peticiones cubren a unos 170 empleados de Starbucks.
“Como socio orgulloso de 7 años, estoy viendo un cambio: Starbucks ya no es la empresa progresista que prioriza a los socios a la que me uní en 2015”, dijo Mark Mao, empleado de NYC Reserve Roastery.
“Lapsos de seguridad, la disminución del apoyo de la gerencia, salarios y beneficios estancados son algunos de los síntomas de una empresa que pierde el contacto con las voces de los socios por hora”, afirmó Mao. “Al formar un sindicato, permitimos que esas voces se escuchen nuevamente y nos convertimos en el negocio orientado a las personas que Starbucks dice ser”.
Los empleados del área de la ciudad de Nueva York buscan realizar una votación de sindicalización a principios de marzo. Los representantes de la Junta Nacional de Relaciones Laborales no respondieron de inmediato una solicitud de comentarios.
El portavoz de Starbucks, Reggie Borges, dijo que la compañía no tenía comentarios sobre las peticiones del área de Nueva York, aparte de decir que “nuestros líderes han declarado previamente que respetamos los derechos de nuestros socios a organizarse y negociaremos de buena fe”.
El impulso de los empleados de Starbucks en Nueva York indica una creciente presión sobre la cadena con sede en Seattle. Los ejecutivos se oponen al esfuerzo de sindicalización, argumentando que han sido proactivos al abordar las preocupaciones de los empleados y que ya ofrecen beneficios excepcionales.
Starbucks Workers United compartió cartas de empleados en cada una de las cuatro ubicaciones en la cuenta de Twitter del grupo. Las cartas, dirigidas al CEO de Starbucks, Kevin Johnson, detallan el deseo de lo que dijeron eran mejores condiciones de trabajo y más información sobre cómo responde Starbucks a los desafíos que enfrentan sus empleados.
Un total de 72 tiendas Starbucks se han presentado para sindicalizarse en 21 estados, según Workers United. El movimiento ha cobrado impulso desde diciembre, cuando una tienda del área de Buffalo se convirtió en la primera tienda propiedad de Starbucks en sindicalizarse en la historia de la empresa. Aún así, ese es un número pequeño si se considera que Starbucks tiene casi 9,000 puntos de venta propiedad de la compañía en los EE. UU.
El movimiento laboral entre los empleados de Starbucks en el área de Nueva York obtuvo el apoyo de 76 políticos locales, dijeron los organizadores, incluidos los representantes demócratas Jerry Nadler y Alexandria Ocasio-Cortez, quienes instaron a la compañía a “respetar su derecho a organizarse”.
“La ciudad de Nueva York es una ciudad sindical y la destrucción de sindicatos no tiene cabida aquí”, dijeron los legisladores.
Starbucks se ha enfrentado a acusaciones de represión sindical contra empleados que intentaron organizarse en otros estados. A principios de esta semana, la compañía despidió a siete empleados de una tienda en Memphis, Tennessee, quienes dijeron que estaban tratando de formar un sindicato.
Starbucks negó que los despidos fueran una represalia por el impulso laboral, afirmando que los empleados violaron las políticas de la compañía relacionadas con las pautas de seguridad y salud de la tienda, diciendo que usaban la tienda después de horas para realizar entrevistas de televisión y que tampoco usaban máscaras.
