Estamos siendo testigos en tiempo real del terror que se ha apoderado de Ucrania y su pueblo, mientras un gobernante autoritario marcha sobre su joven democracia. Ver esta desestabilización de Europa del Este con sus históricas ciudades judías una vez más bajo fuego al mismo tiempo que estamos viendo la democracia de los Estados Unidos bajo ataque, es aterrador. Esta violencia, con sus ecos del pasado aterrador, nos abruma a todos.
Nunca debemos olvidar que no somos impotentes para cambiar nuestro mundo. Recuerde siempre que nuestra comunidad se apoya en los hombros de grandes resistentes, mujeres y hombres que lucharon en los tiempos más oscuros; personas que defendieron a nuestras comunidades ucranianas contra los pogromos; personas que organizaron la resistencia en los guetos de Europa del Este; y personas que organizaron sindicatos en el Lower East Side.
Nuestros fundadores llegaron a los Estados Unidos en busca de una democracia en la que sus voces fueran importantes, y durante más de un siglo nos hemos basado en su compromiso de proteger y hacer crecer nuestra democracia. Desde los miles de nuestros miembros fundadores que se unieron a las filas de las sufragistas que luchan por el derecho de las mujeres a votar hasta los activistas del Círculo de Trabajadores que marcharon hombro con hombro con los afroamericanos por los derechos civiles hasta nuestro trabajo hoy que lucha por la aprobación de la legislación federal para proteger el derecho al voto de todos los estadounidenses y la integridad de nuestras elecciones.
Este es un momento en el que todos estamos llamados a tomar medidas para un cambio mundial crítico. Hoy nuestra comunidad puede actuar para salvar nuestra democracia y garantizar que Estados Unidos siga siendo un faro de libertad en el mundo. Asegurarnos de que nuestras elecciones sean libres y protegidas para todos para que todos tengan voz en nuestro gobierno. Cuando fortalecemos la democracia aquí, la fortalecemos en todas partes
