No es solo Integral

Columnistas

Juan Eduardo Fernández
Ilustración Alexander Almarza @almarzaale

Lo que inspiró mi artículo de esta semana fue un documental de alpinismo que vi en NatGeo, y que se titula “Free Solo”, y cuenta la historia de Alex Honnold, un escalador que práctica la disciplina de Solo Integral, es decir, el tipo escala montanas muy altas sin necesidad de cuerda, ergo siempre al borde del precipicio a punto de caer; tal y como me pasa a mi cuando estoy a dieta, paso por la pastelería de la esquina y veo en la vidriera los dulces rellenos de crema pastelera. 

La verdad que me puse a ver documentales porque trato de tener la mente ocupada para no salir, porque recientemente me inscribí en la página del gobierno de la ciudad de Buenos Aires para vacunarme, pero no tuve suerte ¿Saben por qué? Porque no soy lo suficientemente gordo para la ciencia, aunque para la sociedad si.

A continuación, explico mejor el episodio: Hace algunos días en Argentina comenzó el empadronamiento de personas mayores de 18 con comorbilidades y como la obesidad es considerada dentro de este grupo me dije “esta es la mía”, así que muy ilusionado me inscribí para recibir la vacuna, me pesé y llevé el papelito donde indicaba que efectivamente tenía IMC alto, que es el Índice de Masa Muscular. Al llegar me indicaron que me faltaban 5 puntos para ser catalogado como obeso, por lo que me fui con el corazón roto, y peor, sin vacuna, a mi casa. 

Tras ser rebotado por el personal del gobierno nacional, caí en un limbo, en una especie de gris porque es jodido no pertenecer a ningún grupo, es decir si mañana se programa un juego de futbol entre los gordos y los flacos yo no tendría equipo. Este tipo de pensamientos no me dejaba dormir por lo que acudí a los documentales para no pensar, y fue ahí donde me encontré con el documental de Alex Honnold que me levantó el ánimo. 

Lo cierto es que al conocer la historia de Alex Honnold, descubrí que no hay que prestarle mucha atención a lo que dice la gente de uno, lo importante es seguir tu sueño. Así que he decidido volver a ser gordo, básicamente porque el camino a la obesidad es más corto. Así que a partir de ahora invente una nueva disciplina antideportiva, que es contraria a la de este escalador, y la he llamado “No es solo integral”.

La práctica de “No es solo integral” es muy sencilla y consiste en ir a las dietéticas, por ejemplo, y no comprar solo granola y almohaditas de fibra, sino también pasas con chocolate, gomitas de colores, y copos de chocolate. Y justo al momento de pagar, cuando el cajero te vea con reprobación dirás la frase característica de esta disciplina: “No es solo integral”. 

Esto también puedes practicarlo cuando vas a tomar un café, y el mozo te pregunta si quieres azúcar o edulcorante, y justo en ese momento, viéndolo a los ojos y sonriendo, tomas la bolsita de azúcar, manoteas la de edulcorante y repites el mantra “No es solo integral”.

Sé que, a mi edad, es muy peligroso seguir el estilo de vida “No es solo integral”, porque estoy por cumplir 42 años, tengo antecedentes de hipertensión y diabetes; pero de acuerdo al documental de Honnold uno tiene a veces que arriesgar la vida para alcanzar las metas.

Solo espero que, en unas tres semanas, cuando vuelva a pedir el turno, no me salgan con que ahora las cosas cambiaron, y debo tener menos Masa muscular, pues ahí me tocará escalar la cordillera, pasar a Chile y vacunarme en un centro comercial. 

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