¿Qué podría significar La Niña para el invierno?

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El último pronóstico del Centro de Predicción Climática del Servicio Meteorológico Nacional revela menores probabilidades de que se produzca un fenómeno de La Niña y refuerza los pronósticos anteriores al predecir un fenómeno meteorológico más débil y más breve.

Para quienes no están familiarizados con La Niña, la clave es algo llamado ciclo ENSO.

El ciclo El Niño-Oscilación del Sur (ENOS) es un patrón climático recurrente relacionado con los cambios en las temperaturas del agua en el Océano Pacífico tropical central y oriental, según el servicio meteorológico.

Las aguas superficiales de una parte del Pacífico tienden a calentarse o enfriarse con el paso del tiempo. El servicio meteorológico denomina a ese patrón de calentamiento y enfriamiento el ciclo ENSO.

El servicio meteorológico define el ciclo ENSO como neutro cuando no prevalece ninguna de las fases extremas del ciclo ENSO (El Niño y La Niña). Durante esta fase, las temperaturas de la superficie del mar en el océano Pacífico son casi normales. Las condiciones de ENSO neutral se mantuvieron fuertes este verano y continúan persistiendo incluso ahora, hasta finales de noviembre.

La Niña, a diferencia de El Niño, es un fenómeno frío. Durante esta fase del ciclo, los vientos alisios se intensifican y dirigen el agua cálida hacia Asia, enfriando finalmente las aguas del Pacífico frente a la costa de los EE. UU., según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA).

Cuando esto sucede y La Niña toma el control durante el invierno, las temperaturas son generalmente más cálidas de lo normal en el sur y más frías de lo normal en el norte.

Lo último sobre La Niña

Si bien La Niña podría tener consecuencias importantes para el clima cuando es intensa, los pronósticos siguen mostrando el desarrollo de un fenómeno meteorológico débil y breve.

Las probabilidades de aparición han disminuido ligeramente en comparación con el punto en el que se encontraban hace un par de meses. Inicialmente, en septiembre, La Niña tenía un 66% de posibilidades de surgir antes de finales de noviembre; esa cifra se redujo al 60% en octubre.

Ahora, el Centro de Predicciones Climáticas le da a La Niña un 57% de posibilidades de surgir en algún momento antes de finales de diciembre.

Si La Niña se materializa, se espera que solo dure desde enero hasta marzo de 2025. Este evento “débil” y de “corta duración” “tendría menos probabilidades de resultar en impactos climáticos convencionales”, según informó el Centro de Predicciones Climáticas.

Durante un La Niña típico, el evento meteorológico podría influir en la trayectoria de las tormentas, lo que resultaría en una trayectoria más septentrional durante los meses de invierno.

Dado que se predice un evento meteorológico más débil, es posible que La Niña no demuestre tener el poder de dirección que normalmente tendría.