Para ayudar a frenar la propagación de COVID, las 56.000 aulas de las escuelas públicas de la ciudad de Nueva York estarán equipadas con dos purificadores de aire para septiembre, según el departamento de educación.
El departamento ya ha distribuido 100.000 purificadores de aire a las escuelas y está trabajando para garantizar que cada salón de clases tenga dos purificadores de aire para cuando las escuelas vuelvan a abrir por completo este otoño. Los purificadores de aire tienen una tecnología similar a los filtros de aire de partículas de alta eficiencia, o filtros HEPA, según los funcionarios del departamento de educación, y el sitio web del producto afirma que capturan partículas más pequeñas que los filtros HEPA.
La ventilación se ha convertido en una de las estrategias de prevención de COVID más críticas, y los filtros HEPA se encuentran entre los más eficientes para capturar partículas virales generadas por humanos, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
El año escolar pasado, las escuelas públicas de la ciudad de Nueva York tuvieron una tasa de positividad de COVID de menos del 1% según las pruebas en el lugar de los estudiantes y el personal, dijo el departamento de educación. Pero esa baja tasa fue posible en parte por tener un número limitado de estudiantes y educadores en el campus: alrededor del 60% de los estudiantes estaban en la escuela de forma remota y el 28% de los maestros tenían adaptaciones médicas para trabajar desde casa. Un regreso completo a las aulas en septiembre significa menos espacio para el distanciamiento social y, con eso, la necesidad de un plan de seguridad aún más completo.
El departamento de educación dice que tienen altos estándares para garantizar que los estudiantes estén seguros el próximo año.
“Cualquier salón que no cumpla con nuestros estrictos estándares de seguridad no se utiliza con fines educativos hasta que sea reparado”, dijo un portavoz del departamento de educación, y agregó que la ventilación es una parte de una estrategia integral para mantener seguros a los estudiantes, maestros y personal.
Además, a los conserjes se les han proporcionado monitores de CO2 para medir los niveles de dióxido de carbono, un indicador de la cantidad de aire fresco que circula. El departamento también ha invertido en reparaciones del sistema de ventilación, actualizaciones de HVAC y la instalación de 110,000 filtros MERV-13, pero no reveló de inmediato cuánto gastaron en estas reparaciones.
Las escuelas aún no cuentan con orientación sobre cómo será el distanciamiento social en el próximo año escolar. A partir de ahora, las pautas exigen tres pies de distancia social en las aulas y seis pies durante el almuerzo, cuando se quitan las máscaras.
Los expertos en salud pública dicen que, si bien los departamentos de educación se han centrado principalmente en la seguridad de las aulas, otros espacios comunes, como pasillos, autobuses escolares y cafeterías, son potencialmente de mayor preocupación cuando se trata del flujo de aire, asegura Chalkbeat.
“Los estudiantes se entremezclan y se mueven en los pasillos”, dijo la Dra. Susan Hassig, profesora de epidemiología en la Universidad de Tulane, y agregó que la hora del almuerzo, así como las actividades como los deportes y el coro, son de gran preocupación.
Hassig sugirió que un equipo de tres personas, incluido un epidemiólogo, un especialista en calidad del aire interior y un experto en educación, visite cada escuela para asegurarse de que el edificio sea seguro para su ocupación. Este equipo multidisciplinario podría ayudar a traducir las pautas de los CDC según los detalles de las escuelas individuales. Señaló que factores como la edad de un edificio, la cantidad de ventanas en una habitación, así como la altura del techo en un salón de clases, son consideraciones importantes al determinar la capacidad segura y los requisitos de ventilación.
