Rechazo a plan migratorio en Senado obliga a Biden a barajar medidas de control fronterizo

Migración

La paralización del debate migratorio en el Senado trunca los esfuerzos de Biden para invertir recursos en la frontera y proteger el debido proceso migratorio, llevando al presidente a un peligroso escenario con decretos similares a los que Trump implementó durante su gobierno.

El segundo rechazo al debate y aprobación de un plan fronterizo bipartidista en el Senado deja a la Casa Blanca sin opciones para solucionar la crisis en la frontera con México, y a los republicanos con los mismos argumentos para seguir culpando al presidente Joe Biden de una crisis que no arrancó bajo su gobierno, sino en 2013.

El jueves, el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, puso sobre la mesa un plan que ya había sido rechazado en febrero durante el debate del presupuesto de gastos 2024.

El proyecto incluía una partida presupuestaria de $14,000 millones para aumentar la seguridad en la frontera y acelerar los procesos de asilo.

Previo al voto, Schumer lanzó un llamado al pleno para respaldar la iniciativa y mencionó que el debate, desarrollado entre octubre del año pasado y los primeros días de febrero, permitió un acuerdo bipartidista que se encaminaba a solucionar la crisis desatada por el aumento de la inmigración indocumentada en la frontera y un sistema de inmigración que se encuentra roto, algo en el que coindicen ambos partidos.

Cuando estaba a punto de ser aprobado, el liderazgo dio un paso atrás y el plan de desmoronó. “Los republicanos cambiaron su apoyo a la Ley Fronteriza Bipartidista, un movimiento político cobarde para ayudar al expresidente Donald Trump y sabotear los esfuerzos de los demócratas para asegurar nuestra frontera”, escribió Schumer en un comunicado.

Tanto demócratas como republicanos que participaron en la redacción del plan aseguran que Trump descarriló la propuesta para dejar sin opciones a Biden en la frontera y justificar el discurso de campaña del exmandatario, quien promete, si gana las elecciones de noviembre, reinstalar su política migratoria de ‘tolerancia cero’ basada en redadas y deportaciones masivas de indocumentados, así como reiniciar la construcción del muro en la frontera con México.

La política migratoria de Biden se basa en el respeto del debido proceso migratorio, donde los tribunales de inmigración tienen amplia discrecionalidad para decidir sobre los inmigrantes que vienen a Estados Unidos en busca de asilo.

Pero el sistema judicial migratorio está inmerso en una crisis que, en vez de disminuir, se agrava con el paso de los meses. Cuando Trump llegó a la Casa Blanca en enero de 2017, tenía 520,000 casos acumulados y cuatro años más tarde, cuando asumió Biden, había 1.2 millones. El abril de este año los registros indican que hay casi 3.6 millones de expedientes, la mayoría de asilo y unos 640 jueces.

¿Cómo responde Biden a esta crisis sin precedentes? La respuesta la dio Alejandro Mayorkas, secretario del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) el jueves poco antes del voto solicitado por Schumer en el Senado.

«La legislación bipartidista sobre seguridad fronteriza brindaría las herramientas de control fronterizo más sólidas en treinta años”, dijo.

Y agregó: “Haría cambios significativos a nuestro fallido sistema de inmigración, acelerando en gran medida la capacidad del gobierno federal para expulsar más rápidamente a las personas que han ingresado ilegalmente a Estados Unidos y no tienen un derecho legal a quedarse. También dotaría al gobierno federal los recursos para brindar ayuda humanitaria más rápidamente a quienes califican para recibirla según la ley”.

Mayorkas precisó que los fondos solicitados al Congreso permitirían la contratación de “más de 1,500 miembros adicionales del personal de Aduanas y Protección Fronteriza, más de 1,200 miembros adicionales del personal de Inmigración y Control de Aduanas, más de 4,300 oficiales de asilo adicionales y 100 jueces de inmigración adicionales”.

Sólo el Congreso puede arreglar nuestro fallido sistema de inmigración”, reiteró Mayorkas. Pero no ocurrió así, llevando a Biden a un escenario que la Casa Blanca viene analizando desde hace varios meses y que algunas fuentes consultadas por Univision Noticias y pidieron permanecer anónimas, se trata del “peor de los escenarios posible”.