Organizar las comidas y las cenas suele ser algo tedioso y complicado, y más si convives con varias personas en casa y cada uno tiene sus gustos personales. A eso le añadimos el poco tiempo (y las pocas ganas de cocinar) que tenemos, especialmente a la hora de cenar.
Llegamos cansados de la rutina del día a día y nos apetece algo rápido, que sacie nuestra hambre y que sea fácil de preparar. Lo ideal es algo para calentar al microondas, como un plato precocinado del supermercado, bien cargado de carbohidratos y grasas. Pero ni es la opción más saludable ni la más recomendable para tomar antes de dormir.
Debemos ser conscientes de que, a no ser que trabajemos de noche, nuestro cuerpo se prepara para dormir en cuanto cae el sol. El metabolismo funciona más lento y necesita menos calorías. Además, si cenamos algo muy pesado, la digestión será muy larga y podemos sufrir acidez y reflujo gástrico. Hay cenas como las siguientes que, aunque son muy rápidas de preparar y muy sabrosas, no están nada recomendadas. Mejor dejar estos platos para la hora de comer.
Nada de ‘fast food’
Los expertos de Food Network explican para la CNN que la pizza, por muy deseable que suene para cenar, hay que evitarla antes de dormir. Se trata de un alimento bastante calórico si se prepara con la receta convencional de masa, tomate y mezcla.
Por su parte, la salsa de tomate puede provocar acidez estomacal, y a nadie le gusta despertarse a media noche con malestar para tomar un remedio para la acidez.
Lo mismo ocurre con las hamburguesas, un plato de comida que está lejos de ser equilibrado o ligero. El pan le agrega bastantes calorías a la cena y, sumado a la carne, las grasas saturadas y las salsas, se convierte en una combinación explosiva a evitar.
Si le sumamos las patatas fritas de rigor, empeoramos la situación. Además, un estudio explica que comer demasiadas grasas saturadas por la noche provoca un sueño más ligero e interrumpido.
Por supuesto, una regla básica del manual del buen dormir es evitar el café horas antes de irse a la cama, a no ser que sea descafeinado. Tomar cafeína en sus diferentes formas por la noche provoca que no podamos conciliar bien el sueño y que nuestro cuerpo, lejos de relajarse, esté listo para la acción.
Hay excepciones, y es que existen personas bendecidas que son capaces de dormir después de tomarse un café bien cargado, e incluso parece que les relaje.
Hay personas que nunca se lo han planteado, pero si podemos desayunar un tazón de cereales con leche, ¿por qué no cenar lo mismo? Parece un plan perfecto, la cena más rápida de preparar sin lugar a dudas. Pero cenar un tazón de cereales, aunque parezca ligero, conlleva tomar una gran cantidad de azúcarantes de dormir, lo que puede alterar nuestro sueño.
Además, nuestro organismo no la va a convertir en energía, sino que la almacenará en grasas. Si no puedes resistirte a cenar un tazón de cereales, es mejor elegir las variedades integrales y sin azúcar añadido.
Ni picante ni bebidas azucaradas
Por lógica, la comida picante debería estar descartada a la hora de la cena. Se trata de platos muy sabrosos, pero que pueden sentarnos realmente mal, y más si somos propensos a la acidez estomacal.
Y en cuanto a bebidas se refiere, hay que evitar antes de dormir las bebidas con gas y azúcar, el vino y el zumo de naranja, ya que nos estimulan y nos hacen orinar bastante, interrumpiendo una noche plácida de sueño.
