Un ensayo aleatorio descubrió que una breve intervención conductual redujo drásticamente la frecuencia de la memoria intrusiva y redujo los síntomas relacionados con el TEPT en trabajadores de la salud expuestos a traumas durante la pandemia de COVID-19, ofreciendo una solución escalable para la atención de traumas.
En un estudio reciente publicado en BMC Medicine , los investigadores examinan si una simple intervención cognitiva puede reducir los efectos y la frecuencia de los recuerdos intrusivos en los trabajadores de la salud expuestos a experiencias traumáticas durante la pandemia de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19).
Apoyando el bienestar mental de los trabajadores de la salud
Los trabajadores de la salud suelen estar expuestos a traumas en el lugar de trabajo, ya que ven a pacientes con lesiones graves, así como a pacientes que están muriendo o han fallecido.
Durante la pandemia de COVID-19, los trabajadores de la salud de todo el mundo experimentaron altos niveles de ansiedad, depresión y estrés laboral.
Por lo tanto, es fundamental identificar diferentes enfoques que puedan reducir eficazmente estos síntomas para mejorar el bienestar de los trabajadores, los pacientes y el sistema de atención de la salud.
Los expertos suelen recomendar intervenciones psicológicas antes de recurrir al tratamiento farmacológico de estos síntomas.
Estos enfoques pueden incluir la desensibilización y reprocesamiento mediante movimientos oculares (EMDR), que implica mover los ojos de una manera específica mientras se procesan experiencias traumáticas, así como la terapia cognitivo conductual (TCC) centrada en el trauma.
Aunque el trastorno de estrés postraumático (TEPT) se asocia a más de 630.000 combinaciones de síntomas, los enfoques para su tratamiento pueden centrarse en un síntoma clave.
Los recuerdos intrusivos, que experimentan con frecuencia las personas con TEPT, son imágenes mentales que evocan reacciones emocionales intensas y pueden aparecer en la mente de las personas sin que estas las recuerden intencionalmente.
Los recuerdos intrusivos pueden inducir angustia, alterar la concentración y reducir la capacidad de funcionamiento de la persona afectada.
Las intervenciones con tareas que compiten con imágenes (ICTIs), que implican pedir a los participantes que completen tareas cognitivas breves, pueden prevenir los recuerdos intrusivos al centrarse en los aspectos visuales del recuerdo asociado con el trauma que causa la intrusión.
Por ejemplo, las ICTI pueden adoptar la forma de juegos de computadora visoespaciales, donde los participantes visualizan la rotación de bloques para organizarlos de determinadas maneras.
En el estudio actual, trabajadores sanitarios de Suecia participaron en una intervención a distancia y digital que incluía un juego o una actividad de control para escuchar un podcast de filosofía.
Los investigadores plantearon la hipótesis de que los participantes que jugaron el juego reportarían experimentar menos recuerdos intrusivos hasta cinco semanas después de la intervención, un mejor funcionamiento y menor angustia.
Para participar en el estudio, los trabajadores de la salud tenían al menos 18 años y habían experimentado uno o más eventos traumáticos mientras trabajaban en entornos de atención médica durante la pandemia de COVID-19. Los participantes del estudio fueron asignados aleatoriamente a grupos de intervención o de control, y se les dijo que estarían expuestos a una intervención de tarea cognitiva, por lo que no sabían si su tarea era la intervención o el control.
A los participantes del estudio del grupo de intervención se les pidió que describieran brevemente lo que veían en su memoria intrusiva antes de jugar a un conocido juego de computadora.
El juego implicaba rotar mentalmente las piezas del juego mientras se jugaba para visualizar cómo se podían organizar los bloques para formar líneas completas.
A los individuos del grupo de control se les pidió que escucharan un podcast y respondieran cuidadosamente a pruebas de comprensión.