Juan Eduardo Fernández “Juanette”
Me acordé de «Jesús TV» gracias a la entrevista que le hicieran al guionista del corto, Héctor Obregoso Rivera, en el podcast Chiste Interno. Y qué bueno que así fuera, porque este cortometraje venezolano de casi 20 minutos se ha convertido, con justicia, en un clásico del cine venezolano que merece ser revisitado.
Dirigido por Gastón Goldman y coescrito junto a Obregoso, «Jesús TV» plantea una premisa tan audaz como inteligente: ¿qué pasaría si Jesucristo regresara a la Tierra en plena era de los reality shows? La respuesta que nos ofrecen es una sátira mordaz que logra el difícil equilibrio entre la crítica social y la reflexión espiritual.
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El cortometraje de 18 minutos presenta al Hijo de Dios en su segunda venida, pero esta vez con una estrategia diferente. Consciente de que «los antiguos métodos para llegar a la gente ya no funcionan» y que sus enseñanzas han pasado de moda, Jesús decide modernizarse. Asesorado nada menos que por el Ángel Gabriel, y posteriormente por el afamado productor de televisión Pedro A. Postol, acepta convertirse en el protagonista de un reality show en horario estelar. Como él mismo dice en una de las escenas más memorables: para «no tener que pasar esta vez por un vía crucis».
La trama se complica cuando Jesús, interpretado por Elvis Chaveinte, realiza los más asombrosos milagros y conoce el amor en su programa, pero descubre que el verdadero dueño del prime time es Lucifer. El reparto se completa con Daniela Bascopé, Aníbal Gruñí y Hernán Marcano.
La premisa, que en manos menos hábiles podría haber resultado meramente provocativa, se convierte aquí en una lente para examinar tanto la voracidad de los medios de comunicación como la necesidad humana de conexión espiritual en tiempos modernos.
Irreverencia con propósito
«No es ser irreverentes por ser irreverentes» (explicaba Goldman por allá en 2009 cuando se estrenó el corto) “sino ver a través de los ojos de un personaje tan puro como fue Jesucristo, y ponerlo en ese medio que te chupa, te absorbe y después te tira».
Esta declaración resume el espíritu del cortometraje: no busca la provocación gratuita, sino usar la figura de Cristo como un espejo que refleje las contradicciones de una sociedad mediática.
El trabajo de documentación fue riguroso. Los realizadores consultaron con especialistas en Teología para asegurarse que, más allá de la premisa fantástica, el comportamiento del personaje fuera coherente con la figura bíblica.
Un espejo de la televisión venezolana
El contexto es fundamental para entender la potencia de «Jesús TV». En un panorama televisivo saturado de reality shows, la aparición de Cristo como participante de este circo mediático resulta tanto hilarante como profundamente inquietante.
Goldman, quien trabajó años en televisión por cable, conocía bien el terreno que estaba satirizando. Su «hartazgo» con este tipo de programas se convierte en el motor creativo de una obra que funciona simultáneamente como comedia, crítica mediática y reflexión teológica.
Un logro reconocido
Que el proyecto haya sido seleccionado entre 600 aspirantes por el Centro Nacional Autónomo de Cinematografía del Ministerio de Cultura habla de su calidad y relevancia. Con ese apoyo y el respaldo de la empresa privada, lograron crear una pieza que trasciende sus limitaciones presupuestarias para ofrecer una experiencia cinematográfica rica en matices.
El estreno oficial del cortometraje tuvo lugar el 26 de marzo de 2009 en Cines Unidos del Centro Comercial Los Naranjos, donde se proyectó la copia en 35 mm. Al evento asistieron los directores y guionistas Gastón Goldman y Héctor Obregoso, junto al director de fotografía Mauro de Vita, los productores ejecutivos Renzo Faraoni, Alejandro Tapia Lizardi y Rafael Velásquez Stanbury de Los Otros Group, confirmando el carácter colaborativo y profesional de la producción.
Vigencia de un clásico
Años después de su estreno, «Jesús TV» mantiene su relevancia. En una época donde los reality shows han evolucionado hacia formas aún más extremas y donde las redes sociales han amplificado la lógica del espectáculo, la pregunta central del cortometraje sigue siendo pertinente: ¿cómo se comunican los valores auténticos en un mundo obsesionado con la superficialidad?
El mérito de los realizadores de “Jesús TV” está en haber creado una obra que no se conforma con la risa fácil, sino que invita a la reflexión sobre temas profundos: la mercantilización de lo sagrado, la búsqueda de autenticidad en tiempos mediáticos, y la posibilidad de mantener la pureza moral en un entorno corruptor.
«Jesús TV» es, en definitiva, un pequeño gran filme que demuestra cómo el cine venezolano puede abordar temas universales con inteligencia, humor y respeto, convirtiéndose merecidamente en un clásico que sigue hablándonos desde su irreverente sabiduría.
Si no tuviste la oportunidad de verlo, o si por el contrario lo viste, pero te gustaría hacerlo de nuevo, te dejo por acá el cortometraje que fue liberado por sus creadores: