El marrón camel, uno de esos colores de tierra relajantes, reductores del estrés que invitan a la comunicación y que, a su vez, en psicología cromática transmite sensación de fiabilidad y solidez.
Para contrarrestar la armonía que ofrece el camel, Se ha escogido como combinación estrella el rojo, que es todo lo opuesto: está asociado a la seducción, la pasión y el amor y es un absoluto símbolo de poder.
Una combinación estratégica orientada a crear una experiencia visual que equilibre seguridad y atracción en sus looks. Es decir, que el camel nos ofrece una base estable y relajante, mientras que el rojo introduce dinamismo y emoción, creando un contraste que resulta atractivo y memorable.
Desde un elegante abrigo tres cuartos y tipo batín de lana pasando por una blazer y un pantalón de sastre, el camel está presente en las prendas más clásicas.
Sin embargo, son las prendas más arriesgadas e, incluso, los complementos, los que se encargan de poner el toque de color y pasión a los ‘outfits’; así como un bolso tipo ‘shopper’, un vestido con volantes asimétricos o una blusa con hombros descubiertos.