Los accesorios son una pieza esencial a la hora de aportar calidez y revelar nuestro estilo y personalidad a través de un look. En invierno, los complementos dominan la escena y adquieren un protagonismo indiscutible porque el número de alternativas crece y se multiplica con respecto a los meses anteriores.
No sólo estoy pensando en las botas altas o los botines de tacón cómodo que usamos día sí, día también, ni en esos bolsos saca tan bonitos y prácticos que llevaríamos 24/7.
Me refiero a la variedad de accesorios propios de las jornadas más frías del año, aquellos que ayudan a poner la guinda a tu outfit y crear los contrastes más interesantes: gorros, guantes, sombreros y, por supuesto, las bufandas y su gran abanico de allegados como pañuelos, echarpes y capas.
Estos accesorios no solo cumplen una función práctica al protegernos del frío, sino que también son una excelente manera de expresar nuestra personalidad y estilo. Las bufandas, por ejemplo, pueden transformar un look sencillo en uno sofisticado y elegante. Los pañuelos y echarpes añaden un toque de color y textura, mientras que las capas aportan un aire de misterio y sofisticación. Cada uno de estos elementos tiene el poder de elevar cualquier conjunto, convirtiendo lo ordinario en extraordinario.
Bandana
Olvida su carácter veraniego, el clásico estampado paisley y su confección en algodón. Es más, ¡olvídalo todo! Quédate únicamente con su forma porque las bandanas originarias del lejano oeste también se adaptan a los meses de invierno de la mano de tejidos más gruesos y cálidos como es la lana.
Su silueta triangular multiplica sus dimensiones y la posiciona como el complemento perfecto para proteger el cuello del frío y el viento, para también la cabeza. Úsala sola, bajo un gorro, a modo de chal o diadema. Las posibilidades son infinitas dependiendo del modelo que elijas. Es práctica, cómoda y muy funcional, además se ha convertido en la compañera estrella de las gabardinas de entretiempo para dotarlas de más calidez.
Bufanda estrecha
Frente a los modelos amplios y envolventes, las bufandas largas y estrechas nos recuerdan que los viejos rockeros nunca mueren. Su estética nos remite al pañuelo de seda muy largo y ultraestrecho que complementaba los looks que se movían a ritmo rock’n’roll y que incluso se colaron posteriormente en los albores del estilo ‘boho-chic’ (basta pensar en Kate Moss).
Este invierno abrazan materiales más abrigosos que igualmente podrás combinar con camisetas básicas y blazers efecto piel para subir el tono de tu look.
Bufanda extra-larga
La bufanda en clave XXL se ha convertido en el accesorio clave del invierno, una respuesta al estilo comfy que tanta popularidad ha ganado en los últimos años. En una temporada en la que llevamos la comodidad por bandera, los bufandas amplias confeccionadas en materiales suaves que parecen envolvernos cual manta lideran la lista de complementos más apetecibles.
Son accesorios muy cómodos que más que abrigar parecen protegernos de cualquier imprevisto que pueda surgir. Nos encanta cómo lucen en looks monocromáticos en los que su textura de lana o mohair cobra más protagonismo incluso que su tamaño rotundo.
Bufanda y cuello efecto pelo
Nadie puede resistirse al tacto esponjoso de las bufandas y estolas de pelo sintético. Son complementos sofisticados que no tienen por qué estar vinculados con un estilo rancio o únicamente quedar relegados a las ocasiones más especiales. Dales una oportunidad como complemento deluxe que contraste con un outfit casual.
¿Quieres ir a la última? Entonces busca un modelo estampado porque romperá con el clasicismo y el carácter regio de este complemento. Vístelo junto a un vestido midi de punto y unas botas de suela track para un look más desenfadado cargado de actitud.
De tipo capa
Las amantes de las capas, este invierno pueden agradecer a Chloé que hayan sido capaces de eclipsar al eterno abrigo cámel. Pues bien, esta pieza cargada de elegancia y funcionalidad no sólo se encuentra entre las grandes tendencias en prendas de abrigo, sino también de accesorios.
Su versión de punto más corta funciona como chal e incluso como manta, puede resultar más impactante y cómoda. Y es que cuenta con una gran virtud: olvidarás esa continua pelea con los cabos de la bufanda porque la capa no se mueve.
Pero también con un hándicap: no podrás llevarla por dentro del abrigo o terminarás con ella a modo de hombrera. Llévala sobre una blusa en días templados, junto con un pantalón ancho de traje.
En definitiva, los accesorios de invierno son mucho más que simples añadidos a nuestro vestuario. Son piezas clave que nos permiten jugar con diferentes estilos y tendencias, adaptándonos a las bajas temperaturas sin perder un ápice de elegancia y personalidad.
