Vuelven los cuadros.
Hay modas que vienen y van, otras que cambian las reglas del estilo tal y como las conocíamos y otras que simplemente aparecen para confirmar su atemporalidad, como es el caso de los cuadros.
Simplicidad ante todo.
Llámalo preppy, llámalo Copencore o sigue llamándolo lujo silencioso, pero durante los próximos meses, veremos desde conjuntos de camiseta pijameros hasta sencillos vestidos de punto que le dan sentido al menos es más.
Estilo oficina.
Americanas con hombreras XXL, faldas lápiz, la incorporación de las corbatas al armario femenino. Pero ojo, porque esta tendencia va a ser de todo menos aburrida.
Pieles a todo color.
Es una de nuestras tendencias favoritas, y aunque crea las mismas adeptas que enemigas por el uso de la piel, hay una verdad que es irrefutable: el cuero siempre es una buena opción.
Lazos en el escote.
Los encontrarás adheridos a blusas, vestidos, bolsos y zapatos. Y no solo a través de formas clásicas, sino que también en formato microcorbatas o en nudos gigantes. ¿A qué se debe? Según los expertos, al aumento de la tendencia del balletcore que ya está comenzando a ser viral.
Botas por encima de las rodillas (over the knee boots).
Las pasarelas han hablado y han dejado un mensaje muy claro: este tipo de calzado lo llevarás con toda clase de prendas que naveguen entre el el estilismo de hípica clásico, hasta las lecciones que aprendimos de moda festivalera con Kate Moss o Kendall Jenner.
Al estilo Y2K.
Le saldrá un fuerte competidor. Los aires dos mileros se enfrentan a la sastrería, pero de la forma más contemporánea jamás imaginable. También nos enfrentaremos al resurgimiento de la femme fatal era.
