(PARTE II)
Johan López
“La elaboración de la cultura, y sobre todo la cultura como patrimonio,
Manuel Vázquez Montalbán
lógicamente ha correspondido a intelectuales ligados a las clases dominantes”.
(Novelista e intelectual de izquierda español)
Buena parte del arco de la izquierda latinoamericana ha exigido que se auditen los resultados de la elección presidencial del 28 de julio realizada en Venezuela. Al momento de escribir loas al chavismo gubernamental, Juan Carlos Monedero no parece importarle mucho este mecanismo básico de la democracia según el cual todo ente comicial debe presentar la data con los resultados de una elección. Eso debe hacerse por un asunto muy elemental y republicano: los votantes y los candidatos en una contienda electoral tienen el derecho de saber los resultados de forma pormenorizada.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) leyó, la madrugada del 29 de julio, una cifra “seca”; una cifra que, además, no podía ser contrastada y validada—mesa a mesa, circunscripción por circunscripción— en la página oficial del organismo electoral. Al politólogo no le resulta sospechoso, ni un tantito así, el relato según el cual la página del CNE fue atacada por unos ciberterroritas desde Macedonia del Norte. No. Monedero defiende la victoria de Maduro, a contra mano de lo que líderes y ex presidentes de izquierda han sostenido.
Monedero llevó a tal punto el descaro y la adulación al chavismo que publicó en su cuenta de X una exit poll falsa en medio del propio proceso electoral (contraviniendo la Ley Orgánica de los Proceso Electorales en sus artículos 70 y, sobre todo, 71). Esto publicó el español en X:
“La empresa de datos de Miami Lewis@Thomson acaba de publicar datos a pie de urna en Venezuela a las 12 de la mañana. La distancia que le saca @NicolasMaduro a @EdmundoGU es de 21 puntos. En tercer lugar, con el 8% está Ecarri. En consonancia con las encuestadoras independientes”.
La encuestadora que cita el politólogo es falsa. Esos mismos datos falsos fueron replicados por los ex presidentes Rafael Correa y Evo Morales en sus respectivas cuentas de X. Además, el día 29 de julio, aproximadamente a las 3:00 pm, Juan Carlos Monedero publica en X lo siguiente: “El Consejo Nacional Electoral va publicar en breve los resultados”. 18 días después de la elección, los venezolanos seguimos sin tener un solo dato oficial expedido por la página del CNE. Pero el intelectual no se hace cargo; ni por asomo una disculpa ante los bulos que publica.
Monedero nos explica a los venezolanos que adversamos al chavismo que no es así como uno piensa y siente; que el chavismo es bueno y que lo que pasa en Venezuela es que a Maduro no lo han dejado gobernar (a Chávez tampoco —no faltaba más—) porque el Imperio yanqui quiere las riquezas del país sudamericano y por tanto, Maduro es víctima de las diferentes conjuras imperiales.
Para Monedero, al parecer, 25 años de chavismo en el poder no son suficientes; necesita más. ¿Cuánto más? Tal vez tres o cuatro lustros más; así podremos los venezolanos alcanzar “el mar de la felicidad” que es Cuba.
El politólogo español no tiene reparos en decirnos que Maduro es la víctima y que los victimarios somos la mayoría que no lo queremos instalado perpetuamente en el Gobierno de mi país. Monedero nos indica, susurrante, que hay que leer entre líneas aquello del “baño de sangre” que indicó Maduro públicamente si no se alzaba con el triunfo el 28 de julio. Asimismo, el español se esfuerza en argumentar que lo de “crear cárceles para trabajos forzados y la reeducación” de los terroristas (manifestantes que protestan en contra de las arbitrariedades del Gobierno) no es como dijo Maduro, sino que hay que leer entre líneas el meta mensaje: se trata de una manifestación de reeducación fraternal en la que van a enseñar a los venezolanos a amar al líder supremo por sobre todas las cosas. El amor revolucionario y sus cosas; ya sabes, Money te lo explica.
Hay que salirle al paso a los Monederos de la vida. Las izquierdas palaciegas no pueden continuar cagándose sobre la voluntad de un pueblo que desea, a toda costa, volver a tener un país en el que sus instituciones sean independientes y no respondan a ningún poder autoritario nacional o internacional. Escribo esto desde una legítima indignación.
Lo hago porque no puedo aceptar que una persona mancille el honor de quienes padecemos un régimen despótico que no tiene reparos en desconocer la voluntad popular. El cinismo no es un argumento, Monedero.
Ve y vende tus espejitos de colores en otro lado. Tus maromas intelectuales no perfuman la mierda; no desdicen y menos justifican al chavismo y su régimen opresivo. Tus predicaciones laudatorias para el chavismo no van a devolverle la vida a los 25 venezolanos asesinados en los últimos 17 días; gente que murió a manos de los organismos represivos del Estado y de los colectivos de los cuales no hablas en tus apologías al Gobierno chavista. Son muertos pobres a manos del Gobierno represor, Money.
¿Por qué no dices nada, Money, de los millones de dólares que se ha robado el Gobierno de las arcas públicas? Explícales a los lectores españoles quiénes son Alex Saab, Tarek El Aissami o Samar López. Explícales cómo en 2009 hablabas de los fantasmas de la Revolución y después, poco tiempo después, dijiste: “esta boca no es mía” y comenzaste a declinar en tus análisis y entendiste, ¡eureka de la vida!, que era mejor ser meretriz del poder que adversarlo o, cuando menos, analizarlo con algún matiz crítico.
Dile a la izquierda de tu país que en mi país el sueldo mínimo no llega a 4 dólares mensuales en vez de estar vendiendo humo empaquetado para alelados. Dile a tus lectores que en Venezuela los organismos del poder público, TODOS, responden de manera obsecuente al Gobierno de Maduro. Indícale a tus alumnos en la Complutense que el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela es el bufete de abogados del Gobierno y que el ex contralor, Elvis Amoroso— el mismo que inhabilitó a María Corina Machado— es ahora el presidente de CNE, y que también es un ex diputado del chavismo que le dedica canciones públicas al presidente Maduro en su cumpleaños… ah, dile también a tus estudiantes que Amoroso es compadre de Cilia Flores, la esposa de Maduro y “Primera Combatiente” del país.
Entendiste que es mejor sacarle rédito a tus sueños de “Sierra Maestra” y “playa Girón” que hacer críticas a los camaradas. Total, se trataba de ajustar un poco el foco exegético, no “tirarle” piedras a quien “puede darme la vida que merezco”. Para ti fue mejor funcioanlizar tus lecturas althusserianas o laclaunianas, tus febriles sueños de “tira piedra” bisoño, tus plácidas ficciones comunistoides de chico biencomido/bienleído de primer mundo. Entendiste que se puede militar (siempre en el ámbito de lo apariencial/declarativo) el sueño y la emancipación de los pueblos y también hacer dinero con eso. ¿Y la búsqueda de la verdad, Money? —No importa—, dirás para ti en silencio perpetuo. Por la plata baila el mono, dicen.
No te creas un “Bourdieu” contemporáneo. El francés no tuvo que medrar para alcanzar su prestigio de intelectual orgánico. Se lo ganó a pulso y sin ser la puta de ningún poder. Eres el sicofante de poca monta que delata al pobre que critica y combate la injusticia del chavismo. Estás allí, en tu pequeño altarcito de prestigio ñángara, junto a Serrano Mancilla, Atilio Borón, Luis Britto García, Earle Herrera, Pérez Pirela, Schémel, Ramonet, Ruzzarín, Pablo Iglesias y otros de cuyos nombres no quiero acordarme. Todos intelectuales de alquiler; ustedes son precisamente todo lo contrario a —pongamos por caso— Vladimir Acosta, Roland Denis o el propio Antonio Gramsci.
Uno puede estar de acuerdo o no con Denis o Acosta. Lo que sí es cierto es que éstos no se alquilaron al poder. Apoyaron lo que tenían que apoyar; lo hicieron por deber y convicción. No sacaron ventaja de su ideología para meterse un billete.
Eurípides solía decir que los sabios tenían dos lenguas: una que dice la verdad y otra que conviene según la circunstancias (la lengua que conviene al poder).
De las dos lenguas de Monedero, hay una que apagó su llama, una que cedió a las tentaciones del caviar y el vino; para ello se necesita dinero. Es allí donde la lengua que decía verdades, decidió volverse dócil y funcional al poder. Una lengua que habla y se aleja de la verdad, de su búsqueda. La de Money es una lengua siempre dispuesta a amoldarse a un poder que —aunque vil, despótico y filofascista—defiende hipócritamente unas causas, un porvenir sin clases y sin explotación. Los pobres, sus padecimientos, como una forma de vivir de la política. Cosas que van de izquierda a derecha.
Y así van y vienen algunos Monedero de la vida. Señalando únicamente al enemigo de clase, al adversario sustantivo. Esa visión binaria y reductora los habilita para no mirar la mierda a lo interno de sus causas. La mierda siempre está afuera; la mierda no merodea a los Fidel, Chávez, Ortega, Maduro, Putin. La mierda es un patrimonio exclusivo de los enemigos de clase. Allí afinca las garras y los dientes Monedero. Para Money, todo en Fidel y Chávez eran perfumes, azahares, pajaritos preñados, futuros promisorios. Hay malos y buenos, no hay grises para Money. Él cree que tiene el fuego sagrado, que es la carnadura moral del movimiento intelectual emancipatorio.