Con la derrota ante Arabia Saudita, en la que se considera la mayor sorpresa de cualquier mundial de fútbol, la selección de Argentina vuelve a requerir de un verdadero milagro para que Leonel Messi pueda completar su hasta ahora imposible sueño de darle la Copa del Mundo a su país. Se necesitaría la presencia de algún milagro, del tipo de la llamada “Mano de Dios”, el famoso gol contra Inglaterra obtenido por Diego Armando Maradona, para que los albicelestes logren vencer a los dos adversarios que les falta para completar la ronda clasificatoria: México y Polonia.
La mano del Pontífice
El hombre de 85 años es hincha carné del club San Lorenzo de Buenos Aires.
Pero si bien los argentinos no cuentan en esta ocasión con Maradona, tienen muy cerca de ellos a un representante muy cercano de Dios: El Papa Francisco.
El Pontífíce, de 85 años, no solamente es argentino de nacimiento, sino que es fanático del Club San Lorenzo de Buenos Aires, y que ama al fútbol, en el que jugó cuando joven.
Ha recordado haber jugado al fútbol con una pelota hecha con trapos amarrados durante su niñez empobrecida en Buenos Aires.
Dijo que jugaba con otros niños en una plaza de la ciudad, pero admitió que sus habilidades futbolísticas eran limitadas e incluso lo apodaron «pierna rígida».
Dijo: ‘No siempre había alguien con una pelota de cuero, entonces jugábamos con una pelota hecha de trapos, una pelota de trapo.
‘Jugar de portero fue una gran escuela de vida para mí. El portero tiene que estar preparado para responder a las amenazas, que pueden llegar de todos lados.
El Mundial en sus pensamientos
El Papa dijo en su audiencia hoy que el torneo estaba en sus pensamientos.
Hablando al final de su audiencia general semanal de los miércoles, Francisco envió saludos a los jugadores, fanáticos y espectadores de la Copa Mundial que miraban desde lejos.
Dijo: ‘Que este importante evento sea ocasión de encuentro y armonía para las naciones, favoreciendo la fraternidad y la paz entre los pueblos.
‘Oremos por la paz en el mundo y el fin de todos los conflictos’.
Desde luego que el Papa no mencionó a Argentina pero es fácil deducir a quienes estará aupando.
Por lo que sin otra “Mano de Dios”, los argentinos bien podrían obtener otro regalo divino
