Jesse Winker llegó a un equipo de los Mets a fines de julio que había estado rondando los .500 durante la mayor parte de la temporada.
Al final del año, los Mets estaban a dos victorias de la Serie Mundial.
Winker, de 31 años, está de regreso con los Mets con un contrato de un año por hasta 9 millones de dólares y será compañero de equipo de Juan Soto, lo que le da al equipo algunas de las mismas expectativas que tenían en la segunda mitad de 2024.
Cuando se le preguntó durante una llamada de Zoom el miércoles si sentía que había «asuntos pendientes» después de la derrota del año pasado ante los Dodgers en la NLCS,
“Creo que siempre que estás tan cerca de llegar a la Serie Mundial, vas a querer intentarlo otra vez”, dijo Winker. “Nunca sabes qué tan cerca vas a estar de nuevo. Es precioso”.
Se espera que el roster luzca considerablemente diferente en 2025, ya que los Mets agregaron a Soto en un contrato de 15 años por $765 millones, así como a Clay Holmes y Frankie Montas a la rotación y a AJ Minter al bullpen.
Sean Manaea regresó con un contrato de tres años y 75 millones de dólares, pero Luis Severino se fue a Sacramento para unirse a los A’s.
Dijo el miércoles que cree que su papel sería “muy similar” a lo que hizo después de llegar de los Nacionales antes de la fecha límite de cambios, que era jugar algunas veces como jardinero, algunas veces como bateador designado, además de salir de la banca.
Winker agregó que jugó un poco en la primera base durante una asignación de rehabilitación en 2023 y se sintió lo suficientemente cómodo como para ocupar ese lugar en ocasiones.
Sin embargo, lo que más necesitan los Mets es que Winker produzca en el plato como lo hizo en rachas la temporada pasada, y en los playoffs, cuando su energía y emoción ayudaron a encender al equipo, junto con José Iglesias, quien también sigue en el mercado de agentes libres
Cuando se unió al club la temporada pasada, Winker tenía una relación algo conflictiva con los fanáticos de los Mets desde sus días en Cincinnati, cuando provocó su ira al saludar a la multitud después de un jonrón, pero se convirtió en una relación de amor al final de la postemporada. Él espera que esto continúe.
