Shayla, de once años, nunca había tomado clases de música antes de emigrar de la República Dominicana este año y matricularse en la escuela PS 103 Héctor Fontanez en el Bronx.
La estudiante de quinto grado todavía duda en hablar en inglés, lo cual, según dice, está aprendiendo “poco a poco”.
Pero cuando se trata de música, ella tiene un tono diferente.
Shayla, quien toca el trombón en la banda de la escuela, se paró frente a un auditorio repleto el martes con sus compañeros de clase para cantar la canción “For Good” del musical Wicked durante el concierto anual de vacaciones de la escuela.
“Es increíble”, dijo en español sobre el programa de música de la escuela. “Nos enseña cómo tener un futuro”. Cantar en inglés es más fácil que hablarlo, agregó, “porque cantando puedes repetir las palabras 100 veces”.
Después de que se abrieran dos refugios cerca de la escuela, decenas de inmigrantes recién llegados, como Shayla, comenzaron a inscribirse en la escuela PS 103, en el extremo norte del Bronx, dijo el director Farid Reyes. Forman parte de una afluencia mayor de aproximadamente 48.000 estudiantes migrantes que se han inscrito en las escuelas de la ciudad desde el verano de 2022.
Las escuelas de toda la ciudad de Nueva York han hecho todo lo posible para dar cabida a los recién llegados contratando profesores bilingües y reforzando el apoyo académico y lingüístico. La escuela PS 103 se ha apoyado en parte en su programa de música, inusualmente sólido, como fuente de aprendizaje, confianza y esperanza para sus recién llegados.
“La música ha sido ese sistema de apoyo donde los niños que menos esperarías que brillaran como estrellas lo han hecho”, dijo Reyes, quien emigró a Estados Unidos a los 20 años desde Colombia.
“En nuestros países, la música está destinada principalmente a niños y familias adineradas”, añadió. “Los padres [están] muy contentos y emocionados de ver a los niños aprender algo que nosotros no tuvimos la oportunidad de aprender”.
Cada año, el concierto navideño ofrece una oportunidad para que los estudiantes y el personal muestren su trabajo y para que los padres vean a sus hijos bajo los reflectores. La actuación de este año contó con la participación de estudiantes de primaria que cantaron melodías navideñas menos conocidas sobre chocolate caliente y renos de hip-hop, junto con una canción de cuna en inglés y español y clásicos como “My Favorite Things”.
El espectáculo de este año adquirió un significado adicional ya que las familias inmigrantes de la escuela lidian con los temores de cuánto tiempo podrán permanecer en la escuela y en el país debido a la “deportación masiva” prometida por el presidente electo Donald Trump, dijo Reyes.
“Tener la oportunidad de llevar este momento de felicidad… de ver a sus hijos triunfar en hacer algo que les dé un sentido de esperanza… para mí, eso es muy importante”, dijo Reyes.
La música no siempre fue una característica tan central de la escuela PS 103. Cuando Reyes llegó como directora hace 16 años, la escuela no tenía profesores de música dedicados, y dependía de profesores académicos para brindar instrucción musical adicional. Eso no es inusual en la ciudad de Nueva York, donde la mayoría de las escuelas públicas no tienen profesores de música .
Pero Reyes estaba decidido a cambiar eso y recibió ayuda de Education Through Music , una organización sin fines de lucro que recluta, ayuda a colocar y supervisar a profesores de música en las escuelas públicas de la ciudad con la esperanza de que las escuelas eventualmente los contraten a tiempo completo. La escuela PS 103 ahora tiene tres profesores de música para sus aproximadamente 800 estudiantes, lo que permite que cada estudiante reciba instrucción musical y que la escuela mantenga un coro y una banda.
Una maestra posa con dos estudiantes de primaria frente a una cortina roja.
Antoine Dolberry comenzó a enseñar en la escuela PS 103 hace ocho años con Education Through Music. Fue contratado oficialmente varios años después y ha dirigido el programa de música desde entonces, llevando a los estudiantes a actuar en el Rockefeller Center y en un concierto anual de invierno patrocinado por YouTube .
“Ha evolucionado enormemente desde que estoy aquí”, dijo Dolberry. “Estamos cambiando la atmósfera del edificio a través de la música”.
Dolberry dijo que le produjo especial alegría ver a muchos de los recién llegados a la escuela prosperar en la clase de música y ver cómo despegaba su adquisición del idioma.
“Aprender a tocar el compás y el ritmo, aprender a tocar el piano, aprender la clave de sol y las diferentes letras del pentagrama, todo eso influye en el aprendizaje del idioma”, dijo. “Aprender canciones y letras influye en la forma en que recuerdan las cosas”.
La música también ha brindado a los recién llegados la oportunidad de enseñar a sus compañeros y maestros sobre su cultura y su idioma. Dolberry se aseguró de incluir varias canciones con letras en español en la lista de canciones del concierto de vacaciones, lo que les dio a los hablantes nativos de español la oportunidad de brillar y corregir la pronunciación de sus compañeros de clase.
Mientras enseñaba la letra de “My Favorite Things” de The Sound of Music, Dolberry se dio cuenta de que tenía que explicar el significado de schnitzel y strudel, abriendo una oportunidad para que los niños hablaran sobre sus comidas favoritas de sus países de origen.
“Verlos sonreír todos los días, verlos querer aprender música, esforzarse al máximo para aprender inglés para poder integrarse”, dijo, “no solo es importante para los profesores, sino que también es alentador”.
