Quizás la cifra más significativa del presupuesto de 2025, aprobado y firmado el jueves por la noche, es $1.1 mil millones en nuevos gastos para la educación K-12.
La financiación llega después de que el Tribunal de la Commonwealth declarara que el método actual de financiación de las escuelas públicas de Pensilvania era inconstitucional, citando desigualdades entre los distritos escolares más ricos del estado y los más pobres.
Si bien el proyecto de ley de asignaciones generales (la pieza central legislativa del presupuesto) describe cuánto dinero se destinará a la educación el próximo año, hay otro proyecto de ley que le dice al estado cómo puede gastar esos fondos: el proyecto de ley del código de escuelas públicas.
Los proyectos de ley de códigos se aprueban junto con el presupuesto. Mientras que el proyecto de ley de asignaciones generales dice cuánto dinero recibirá cada parte del gobierno, los proyectos de ley de códigos establecen más o menos cómo se pueden gastar esos dólares.
El proyecto de ley también contiene lo que en realidad son políticas individuales, desde la nueva y masiva fórmula de financiación que cambiará la forma en que se distribuye el dinero a los distritos escolares de Pensilvania, hasta puntos de política más pequeños, como permitir que las escuelas otorguen subvenciones para proporcionar productos de higiene menstrual.
A continuación se presentan algunos de los elementos más importantes que se incluyeron en el proyecto de ley de código de este año:
La nueva fórmula de financiación
Podría decirse que la parte más importante del proyecto de ley establece cómo se distribuirán más de 526 millones de dólares en subvenciones de adecuación y equidad a los distritos escolares de Pensilvania en función de factores como la tasa de pobreza estudiantil.
Debido a que las escuelas reciben gran parte de los fondos provenientes de los impuestos a la propiedad, los distritos escolares donde los valores de las propiedades son más bajos tienen una desventaja inherente.
Los 526 millones de dólares en nuevos fondos están destinados a reducir esa brecha de equidad y otorgar dinero adicional a las escuelas con altos niveles de pobreza entre sus estudiantes y un mayor número de niños cuyo idioma principal no es el inglés.
Los datos que impulsarían esos fondos fueron una de las mayores fuentes de discordia entre demócratas y republicanos durante las prolongadas negociaciones presupuestarias.
Los demócratas esperaban utilizar datos reportados por los propios distritos escolares, mientras que los republicanos querían utilizar datos del censo de Estados Unidos.
