Ponen la lupa sobre estudiantes estrellas de bajos recursos en NY

Educación

Desde 2019, por medio de una iniciativa lanzada por una organización sin fines de lucro con sede en Nueva York, el National Education Equity Lab, cientos de estudiantes tienen la oportunidad de entrar mejores universidades del país al distinguirse en sus cursos de validación de créditos antes de salir del bachillerato.

El Equity Lab inscribió a más de 300 estudiantes de grado de preparatorias muy pobres en 11 ciudades de todo el país al curso de la Universidad de Harvard “Poesía estadounidense: la ciudad desde Whitman hasta el hip-hop”, impartido por la renombrada profesora Elisa New. Estos bachilleres cumplieron con el mismo nivel que se exige en el curso diseñado para estudiantes aceptados en Harvard: escucharon las cátedras, hicieron los exámenes, redactaron los ensayos, y fueron evaluados con base en los mismos criterios.

El objetivo de este programa piloto era “reinventar y ampliar los objetivos y las responsabilidades de las universidades” y alentarlas a buscar estudiantes estrella procedentes de entornos desfavorecidos “con el mismo entusiasmo y éxito con el que identifican a los atletas sobresalientes”, señaló Leslie Cornfeld, fundadora y directora ejecutiva de Equity Lab.

Pero la labor de Equity Lab no es tanto servir de intermediaria, sino motivar a los estudiantes en términos académicos, al brindarles confianza y prepararlos para el rigor de las universidades competitivas.

Los resultados iniciales son evidentes, señaló Cornfeld: “El talento de nuestro país está distribuido de manera uniforme, pero las oportunidades no”.

El experimento está desafiando a las mejores escuelas de educación superior, pues “todas sueltan peroratas como —‘Queremos que haya diversidad, pero no encontramos a los chicos’— y esto prueba que pueden construir un sistema de flujo”, señaló Robert Balfanz, profesor investigador en el Centro para la Organización Social de las Escuelas de la Facultad de Educación de la Universidad Johns Hopkins.

De los estudiantes que terminaron el curso en el otoño de 2019 (el 92 por ciento de los cuales eran alumnos de color y el 84 por ciento de quienes calificaban para obtener almuerzo gratuito), el 89 por ciento aprobó y obtuvo cuatro créditos de la Escuela de Extensión Universitaria de Harvard, mismos que son aceptados por otras universidades de manera generalizada. A la fecha, el 86 por ciento de esos estudiantes han aprobado los cursos y obtenido los créditos ofrecidos por un consorcio del experimento en constante expansión, el cual ahora incluye a las universidades de Yale, Cornell, Howard y la Universidad Estatal de Arizona, así como a la Universidad de Connecticut. 

El experimento ha ofrecido una oportunidad para evaluar el carácter de los encargados de admisión en las instituciones de renombre. 

“No podemos concebir la igualdad en la educación superior a menos que ampliemos las oportunidades en el nivel de primaria y secundaria”, afirmó en un comunicado Martha Pollack, presidenta de la Universidad Cornell.

Jeremiah Quinlan, rector de admisiones para nuevos estudiantes en la Universidad de Yale, mencionó que esta colaboración agregaría otra serie de valoraciones académicas —calificaciones de cursos universitarios y recomendaciones de otros profesores— más allá de los promedios de calificaciones, los ensayos de solicitud y las puntuaciones de los exámenes estandarizados. 

“Por tradición, no hemos aceptado a estudiantes de ciertas comunidades ni de ciertas preparatorias”, señaló Quinlan, “y se trata de generaciones de trabajo que tenemos que superar”. 

Este semestre, Equity Lab ha atendido a cerca de 1500 estudiantes procedentes de 75 de las escuelas más pobres del país en 35 ciudades. Varios distritos escolares y universidades están compitiendo para unirse al consorcio, el cual desea ampliarse para poder atender a 10.000 estudiantes para el año 2022.

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