Yasin Atwoods tenía una buena idea de lo que quería ser cuando fuera mayor: conductor de camión. Pero eso se debió principalmente a que nunca pensó que podría costear una educación universitaria.
Luego se enteró de un nuevo programa a través de la Ciudad de Newark y la Universidad Rutgers que brindaría una educación universitaria sin deudas a 13 estudiantes cuyas vidas se han visto afectadas por la violencia armada, el encarcelamiento u otras dificultades.
Era una oferta que no podía dejar pasar.
Atwoods, quien trabajó en el campus de Rutgers-Newark a través del Abbott Leadership Institute, dijo que su jefe se acercó a él para hablarle sobre el nuevo programa de Educación Garantizada.
“Un día, mi jefe me preguntó: ‘Si pudiera conseguirte un ingreso a Rutgers gratis, ¿lo harías?’”, comentó.
Y al ver las oportunidades que tenían sus compañeros de trabajo como estudiantes de Rutgers, supo que esa era una oportunidad que debía aprovechar.
Según los funcionarios de la ciudad, el programa Educación Garantizada ofrece financiación total para la matrícula y las tasas de los estudiantes, incluso después de que se haya agotado su ayuda financiera.
El Brick City Peace Collective, una división de la Oficina de Prevención de la Violencia de la ciudad, proporcionará la financiación adicional.
El alcalde Ras Baraka y el rector interino de Rutgers-Newark, Jeffery Robinson, anunciaron el lanzamiento del programa el mes pasado, junto con los líderes de otras organizaciones de Newark involucradas, incluido Tyreek Rolon de Newark Works y el Programa de Empleo Juvenil de Verano, y Kyleesha Wingfield-Hill, directora ejecutiva de la Oficina de Prevención de la Violencia y Recuperación del Trauma.
En una declaración, Baraka dijo que parte del progreso en el país “requiere cambiar el panorama de la educación superior”.
Se seleccionaron trece estudiantes para el programa de la Universidad Rutgers-Newark, algunos de escuelas públicas y concertadas y unos pocos que habían completado su diploma GED.
Había requisitos únicos para aplicar, dijo Rolon.
El programa se centró en los residentes de Newark que se vieron afectados de alguna manera por el sistema de justicia penal, con un padre que fue encarcelado, liberado en los últimos dos años o perdido por la violencia armada.
Los beneficiarios también tenían que ser estudiantes universitarios de primera generación que hubieran solicitado o participado en el Programa de Empleo Juvenil de Verano de la ciudad o en uno de los Programas de Certificación Vocacional de la ciudad.
Como parte del programa, los estudiantes tienen reuniones grupales semanales obligatorias, reuniones quincenales con su mentor y asisten a la convocatoria anual de la universidad.
A los estudiantes se les asigna un mentor de la oficina del canciller y reciben acceso a la Comunidad de Aprendizaje y Vida de Honores de la escuela, una sección de la escuela que se centra en debates y proyectos que tienen un impacto más global.
Atwoods dijo que su mentor lo ayudó en su primer semestre en Rutgers-Newark.
“Mi mentora, la señorita Robin, es excelente”, dijo. “Tiene un espíritu maravilloso y puedo decir que realmente se preocupa por hacerme triunfar”.
La ciudad ejecutó un programa similar en 2022, con 40 estudiantes de Newark que recibieron una educación sin deudas a través de la Universidad St. Elizabeth de Morristown .
Rolon dijo que el programa de 2022 demostró que “si los estudiantes reciben el apoyo total y se los ubica en un entorno saludable y seguro, tendrán una mejor oportunidad de tener éxito y desarrollarse como la mejor versión de sí mismos”.
Si algún estudiante está considerando un programa similar en el futuro, Atwoods dijo que recomienda que den el salto como lo hizo él.
“Si realmente tienes una pasión y sabes que esto podría traerte una carrera en el futuro, hazlo, el cielo es el límite”, dijo.
