Título 42 llegó a su fin en la frontera sur, pero seguirán deportando después del 21 de diciembre

Migración

Ya fue confirmado por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) de Estados Unidos el fin del Título 42, sin embargo, a partir del 21 de diciembre se seguirán “deportando aceleradamente” a extranjeros indocumentados que lleguen a la frontera sin documentos o “carezcan de una base legal para permanecer en Estados Unidos”.

El Título 42, política de 1942, y activada el 20 de marzo de 2020 como parte de las medidas de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) para evitar el ingreso de migrantes infectados de coronavirus, ha permanecido vigente a pesar de la suavización de las restricciones de viaje o migración a nivel global.

La regla, sin embargo, también sirvió al gobierno anterior para deportar de manera expedita a indocumentados hallados en la frontera como parte de la política migratoria de ‘tolerancia cero’ y con ello controlar la crisis que se vive en el sur del país.

Si bien tras la llegada del presidente Joe Biden a la Casa Blanca en enero de 2021 prometió eliminar la regla, el DHS la ha mantenido vigente bajo los mismos objetivos del gobierno anterior, situación que derivó en una demanda entablada por la Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU).

El pasado 16 de noviembre y tras una petición por parte del gobierno, un juez federal del Distrito de Columbia (DC) fijó la fecha del 21 de diciembre como plazo máximo para la eliminación de la vieja política de seguridad sanitaria por considerarla “caprichosa” y “arbitraria”, además de haber violado la Ley de Procedimiento Administrativo (APA).

De acuerdo con un comunicado emitido el martes por el DHS atribuido al secretario Alejandro Mayorkas, “la inestabilidad económica y política en todo el mundo está alimentando niveles más altos de migración desde la Segunda Guerra Mundial, incluso en todo el hemisferio occidental”.

Según el funcionario, “el aumento de la migración mundial está poniendo a prueba los sistemas de muchas naciones, incluido el nuestro”, presagio de una probable explosión de casos de asilo en la frontera con México a partir del 21 de diciembre.

A finales de noviembre fuentes del DHS advirtieron que, de acuerdo con cálculos hechos por funcionarios del departamento, se estima que podrían registrarse unos 14,000 casos diarios de asilo en la frontera sur y la dependencia no cuenta con la capacidad de respuesta necesaria para atender la crisis que se avecina.

Anticipándose a este nuevo escenario, Mayorkas dijo que “la orden de salud pública del Título 42 permanece vigente hasta el 20 de diciembre de 2022 y, hasta entonces, el DHS continuará expulsando a los adultos solteros y las familias que se encuentren en la frontera suroeste bajo esa autoridad”.

Pero al ser eliminado el Título 42, “el DHS procesará a las personas que se encuentren en la frontera sin los documentos de viaje adecuados utilizando sus antiguas autoridades del Título 8, que prevén consecuencias significativas, incluida la prohibición de reingreso a las personas a las que se les expulsa durante cinco años”, advirtió Mayorkas.

El funcionario dijo además que “estas consecuencias incluyen colocar a las personas en expulsión acelerada, lo que permite al DHS repatriar rápidamente a las personas que no tienen una base legal para permanecer en los Estados Unidos”.

A comienzos de mayo, cuando el gobierno se preparaba para dejar sin efecto el Título 42 y cumplir una de las principales promesas de campaña del presidente Joe Biden, Mayorkas aseguró a medios locales y ante una comisión del Congreso que el gobierno se estaba preparando para recibir hasta 18,000 migrantes diarios, unos 4,000 menos que las estimaciones hechas a finales de noviembre.

“Lo que hacemos es prepararnos y planificar, y lo hemos estado haciendo durante meses, entendiendo que la autoridad del Título 42 no va a existir para siempre porque, francamente, queremos conquistar la pandemia y dejarla atrás», dijo el jefe de la seguridad nacional de Estados Unidos.

El funcionario también reconoció en esa ocasión que “no cabe duda de que (si) llegamos a esa cifra (18,000 migrantes diarios), será una presión extraordinaria para nuestro sistema».