Fujimori: Un peligro en la cárcel más peligroso en libertad

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Acusado por crímenes de lesa humanidad, liberado por el Tribunal Constitucional piden su regreso al penal de Barbadillo

Con Alberto Fujimori no existen términos medios: Se le odia hasta el paroxismo. Se le llama criminal, ladrón, violador de los derechos humanos, o se le sigue con pasión, hasta el punto de mantenerse diez en el poder, y tener tal influencia, que aún desde la cárcel dio oxígeno a su hija Keiko, para que compitiera dos veces por la presidencia peruana.

Un político de garra

Alberto Kenya Fujimori, nacido en Lima el 28 de julio de 1938, fue presidente del Perú, desde el 28 de julio de 1990 hasta el 21 de noviembre de 2000. Líder de seis agrupaciones políticas, una de ellas Fuerza Popular, que ahora dirige Keiko, no ha descansado en dejar su sello a la política peruana desde hace dos décadas.

Entre sus grandes victorias estuvo el derrotar, con 62,32% de los voto, al Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, en las elecciones del 10 de junio de 1990.

Alberto Fujimori de visita a Venezuela, entrevistado por nuestro compañero Apolinar Martínez

Brindó durante años una exitosa actuación en el plano económico y liquidó totalmente al grupo terrorista Sendero Luminoso, dirigido por Abigael Guzmán.

Precisamente en esta persecución, para lo cual se valió de instrumentos anticonstitucionales (liquidó al Congreso), rodeándose de seres inescrupulosos como Vladimiro Montesinos, fue abriendo el sendero que lo conduciría a presión

Los delitos 

Alberto Fujimori, cumplía condena por los crímenes de La Cantuta y Barrios Altos, en los que grupos parapoliciales dirigidos desde el gobierno acabaron con la vida de 25 personas.

Fue acusado de ordenar que un escuadrón de la muerte conocido como el Grupo Colina cometiera las dos masacres.

La primera tuvo lugar en 1991 en el vecindario de Barrios Altos, en Lima, y la segunda en 1992 en la Universidad de la Cantuta, también en la capital.

También se le condenó por su participación en los secuestros del periodista Gustavo Gorriti y del empresario Samuel Dyer, ambos en 1992.

Fue la primera vez que un exmandatario constitucional de América Latina era juzgado y sentenciado en su propio país por crímenes de lesa humanidad.

Libertad y reacciones

El escándalo que se ha formado por la libertad otorgada al ex mandatario puede mejor apreciarse, leyendo algunas declaraciones;

Pedro Castillo, presidente de la República

“La crisis a la que me referí se refleja en la decisión del TC. Los órganos de justicia internacional (…) y el Estado de derecho deberán cautelar el ejercicio efectivo de la justicia para el pueblo”.

Dina Boluarte, primera vicepresidenta

“Expresamos nuestra preocupación por la decisión del TC que otorga un habeas corpus a favor de Alberto Fujimori, autor de graves crímenes que dañaron al Perú. Nos solidarizamos con las víctimas”.

Anahí Durand, exministra de la Mujer

“Vivimos una crisis sistémica (…) que requiere salidas de fondo, pero que hoy demanda cautelar los derechos de las víctimas. Esperemos que la apelación a las instancias internacionales sea pronto”.

Guillermo Bermejo, congresista

“El TC les dio la razón a los mafiosos que cocinaron el indulto al dictador y le dan libertad al asesino y ladrón de Alberto Fujimori. ¡Todos a las calles! ¡No pasarán!

Las manifestaciones hoy en Perú son variadas en contra de la decisión, pero hay alguien quien sonríe: Keiko Fujimori

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