El alcalde de la ciudad de Nueva York, Eric Adams, declaró el lunes por la tarde una alerta de sequía en toda la ciudad, en medio de un número récord de días sin lluvias mensurables.
Este anuncio ha hecho obligatorios los protocolos de conservación de agua en las agencias del gobierno de la ciudad, dijo Adams.
Aunque no hay restricciones obligatorias para los neoyorquinos individuales, la ciudad insta a sus residentes a reducir voluntariamente su consumo de agua arreglando los inodoros que funcionan mal, tomando duchas más cortas, informando sobre las fugas de agua en las bocas de incendio y cerrando el grifo cuando se cepillan los dientes.
Una advertencia es el segundo de los tres niveles de alerta por sequía; su gravedad va aumentando desde una alerta de sequía hasta una advertencia y, finalmente, una emergencia.
La advertencia se emitió para la ciudad y otros 10 condados de Nueva York, todos los cuales han estado bajo alerta por sequía desde el 2 de noviembre.
«Estoy ordenando a nuestras agencias que implementen inmediatamente medidas de ahorro de agua», dijo Adams. «Nuestros vehículos municipales pueden verse un poco más sucios, pero si tomamos pequeñas medidas, podríamos tener un gran impacto».
Para complicar el problema, la ciudad estaba reparando un acueducto con fugas que lleva agua desde Catskills a la ciudad, por lo que los residentes dependían de los embalses en los suburbios de la ciudad más de lo habitual.
Pero Adams anunció el lunes que la ciudad detendrá ese proyecto para garantizar que los neoyorquinos puedan usar esa agua.
«Si bien no podemos hacer que llueva, podemos tomar medidas para reducir el riesgo de emergencia por sequía en nuestra ciudad», dijo Adams.
Hay algunas buenas noticias: los meteorólogos dicen que hay un 90 por ciento de probabilidades de lluvia el miércoles por la noche, lo que, si bien no aliviaría la escasez de agua ni pondría fin a la sequía, lavaría parte de la suciedad acumulada en la ciudad y empaparía los parques de la ciudad, que siguen incendiándose debido a la falta de humedad.
El Departamento de Bomberos de Nueva York también creó el lunes un grupo de trabajo dedicado a combatir los crecientes incendios forestales.
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