Un grupo que representa a los repartidores en bicicleta desconfía tanto del momento como de la intención de los anuncios de la semana pasada sobre el objetivo de la ciudad de limitar la velocidad de las bicicletas eléctricas a 24 km/h.
El alcalde Adams anunció el 4 de junio la medida de 24 km/h entre varias políticas que, según él, están orientadas a la seguridad vial y peatonal.
Al día siguiente, el concejal Keith Powers (demócrata por Manhattan) anunció una legislación que está promoviendo y que codificaría el límite de 24 km/h, incluyendo disposiciones como multas civiles de hasta 50 dólares por infracciones.
Sin embargo, Ligia Guallpa, directora ejecutiva del Proyecto de Justicia para los Trabajadores, afirmó que esto solo agravará una reciente ofensiva contra los ciclistas, en la que, según ella, los trabajadores en bicicleta, en particular las personas de color y los inmigrantes, se han enfrentado a una oleada de citaciones penales.
«El límite de velocidad de 24 km/h es profundamente preocupante y erróneo», declaró Guallpa al Chronicle. También es un insulto a los repartidores. Esto solo servirá para aumentar el número de citaciones penales y crear un canal para multas y posible deportación… Es parte de su plan para cumplir con [el presidente] Trump, etiquetando a los inmigrantes trabajadores como delincuentes para su posible deportación.
He escuchado repetidamente a neoyorquinos hablar sobre cómo su seguridad, y la de sus hijos, se ha visto comprometida debido al exceso de velocidad de las bicicletas y patinetes eléctricos, y hoy nuestra administración dice basta», declaró Adams en un comunicado de prensa. «Estamos implementando un nuevo límite de velocidad de 24 kilómetros por hora para bicicletas y patinetes eléctricos que hará nuestras calles más seguras».
Añadió que la medida impondría a las bicicletas, patinetes eléctricos y bicicletas comerciales con asistencia de pedaleo el mismo límite que a los patinetes de pie.
No se aplicaría a las bicicletas convencionales.
“El ciclismo es una herramienta crucial para abordar la crisis climática y ayudar a los neoyorquinos a desplazarse por la ciudad, pero también debemos abordar las preocupaciones bien documentadas sobre la seguridad”, declaró Powers en su comunicado de prensa. “Muchos neoyorquinos están preocupados por el comportamiento imprudente que hemos visto de los operadores de bicicletas eléctricas, que no han sido regulados adecuadamente, y es hora de garantizar que las bicicletas eléctricas no puedan circular a exceso de velocidad por la calle, causando caos”.
Ni Powers ni la Alcaldía respondieron a las solicitudes de detalles sobre cómo se aplicaría la directiva ni sobre los criterios que se utilizarían para verificar la velocidad.
El Departamento de Transporte de la ciudad tiene prevista una audiencia sobre la directiva del alcalde para el 14 de julio. Adams también afirmó en su declaración que desea que el Consejo apruebe lo que denominó “nuestra legislación, propuesta desde hace tiempo”, para reforzar la seguridad de los repartidores.
Guallpa no se impresionó, acusando a Adams de convertir a los repartidores en chivos expiatorios. Primero, explicó que las bicicletas no cuentan con velocímetros que los trabajadores puedan consultar, y que las detenciones y multas posteriores dependerán del criterio y la discreción de cada agente de policía.
«Esto requerirá que los repartidores y el Departamento de Policía de Nueva York adivinen», dijo.
Guallpa afirmó que una mejor manera de reducir el exceso de velocidad es exigir responsabilidades a las empresas de reparto «para asegurarse de que no establezcan plazos poco realistas para entregas que no se puedan entregar en 15 minutos».
