Un poderoso jefe político del sur de Jersey acusado de beneficiarse ilegalmente del desarrollo en Camden está argumentando en el tribunal que la acusación en su contra es un “thriller policial sin delito”, mientras sus aliados atacan a la oficina del fiscal general del estado en el tribunal de la opinión pública.
George Norcross, que dirige la maquinaria política más eficaz de Nueva Jersey y tiene una enorme influencia en todo el estado, fue acusado en junio junto con otras cinco personas por dirigir una organización delictiva en Camden.
Los fiscales alegan que utilizó su poder político para extorsionar y defraudar al gobierno.
La semana pasada, miembros del equipo de defensa atacaron el caso en un escrito legal y a la oficina del fiscal general del estado en un artículo de opinión, siguiendo un patrón visto en controversias anteriores sobre Norcross.
El martes, el abogado de Norcross, Michael Critchley, presentó una moción para desestimar los cargos, argumentando que las supuestas amenazas y extorsión no son criminales, sino simplemente negociaciones duras.
“La acusación parece sentirse ofendida por el hecho de que algunos ciudadanos privados tengan vínculos estrechos con funcionarios públicos, pero eso es una característica del autogobierno democrático, no un defecto. Y, desde luego, no un delito”, escribió Critchley.
“Nunca se alega que alguno de los acusados haya amenazado a alguien con violencia o chantaje, ni se alega corrupción de funcionarios públicos. Más bien, la acusación se basa en la idea de que los acusados ejercieron presión económica e influencia política”.
Mientras tanto, un miembro del equipo de defensa también está llevando a cabo una campaña de relaciones públicas atacando al fiscal general del estado, Matthew Platkin, y su unidad que procesa la corrupción pública.
Lee Vartan, un abogado defensor que trabaja en el caso Norcross, publicó un ensayo de opinión el miércoles en el Star-Ledger y nj.com, respaldando un proyecto de ley presentado ante la legislatura estatal que crearía una agencia para “supervisar los abusos procesales”.
“Cuando los fiscales se rebelan, hay pocos controles y aún menos repercusiones”, escribió Vartan.
En el artículo brilla por su ausencia un detalle clave: Vartan representa a William Tambussi, un abogado personal de Norcross que también está acusado en el caso.
Vartan también ha sido citado en otras dos columnas del Star-Ledger que critican a la unidad anticorrupción del fiscal general.
En esos artículos tampoco se le identifica como alguien que tuviera intereses en el caso Norcross.
“No nos dimos cuenta de que Vartan representaba a una de las partes acusadas junto con Norcross, un error honesto. Debería haberse notado”, dijo Tom Moran, editor de la página editorial y columnista del Star-Ledger. Pero defendió los tres artículos de opinión recientes que criticaron a la Oficina de Integridad Pública y Responsabilidad. “Esa oficina ha arruinado seriamente varios casos importantes y merece las críticas”, dijo Moran.
La oficina del fiscal general dice que las críticas suelen surgir en los casos de alto perfil. En una declaración, Platkin defendió a la Oficina de Integridad Pública y Responsabilidad, que investiga la corrupción política, los enfrentamientos fatales con la policía y los asuntos internos de las fuerzas del orden.
“Su trabajo no sólo es delicado, sino que también requiere mucho tiempo y es complicado, y a menudo impopular entre personas poderosas y grupos de interés”, dijo Platkin. “Su trabajo impactante promueve una mayor confianza en el gobierno y en las agencias encargadas de servir al público al exigir cuentas a los poderosos”.
Datos proporcionados por la Procuraduría General de la República muestran que la unidad anticorrupción ha obtenido condenas u otras resoluciones exitosas en la mitad de sus casos.
En Nueva Jersey, el fiscal general del estado es designado por el gobernador. El mandato de Platkin finaliza en enero de 2026, cuando Murphy deja el cargo.
El propio Norcross ha dicho que los cargos contra él son un ejemplo de un fiscal fuera de control. Afirma que Platkin lleva años guardando rencor.
“Matt Platkin, desde el día que llegó allí, decidió… cómo iban a disuadir al Partido Demócrata del Sur de Jersey, a sus funcionarios electos y a otros, con los que estaba peleado”, dijo Norcross a los periodistas.
La maquinaria de Norcross ya ha adoptado la táctica de combinar la cobertura periodística negativa de sus adversarios con maniobras legales en el pasado.
En 2019, Norcross demandó a Murphy para detener la investigación del gobernador sobre el plan de exenciones fiscales que ahora forma parte de los cargos penales contra Norcross.
En ese caso, numerosos artículos publicados por el NJ Globe fueron citados en documentos judiciales presentados por los abogados de Norcross en un intento de fortalecer su caso.
Norcross desplegó una campaña de relaciones públicas similar a principios de la década de 2000, cuando estaba siendo investigado por obligar a los líderes de la ciudad de Palmyra a contratar a la empresa de ingeniería que él había elegido.
Fue grabado insistiendo en que se despidiera al abogado de la ciudad. Norcross combatió ese caso en la prensa hasta que se estancó bajo un nuevo fiscal general que desestimó los casos que involucraban a demócratas.
No todo el mundo ve las críticas a Platkin como un problema. El ex fiscal general John Farmer, que ocupó el cargo entre 1999 y 2002 y también fue decano de la Facultad de Derecho de Rutgers, dice que no cree que la mala prensa socave la capacidad de Platkin para procesar el caso.
