Andrew Yang, el «recién llegado» que aspira a la Alcaldía de Nueva York

Política

Andrew Yang es uno de los candidatos demócratas con más opciones a convertirse en el nuevo alcalde de Nueva York. Se enorgullece de ser un recién llegado a la política y se presenta como la sangre fresca que necesita la Gran Manzana para resurgir de la pandemia como la metrópoli de las oportunidades que siempre ha sido.

«Los neoyorquinos saben que necesitamos un nuevo liderazgo, un cambio. Necesitamos a gente que haga las cosas de manera diferente, que funcione para nosotros, para nuestras familias», asegura a EFE en una entrevista en la terraza del restaurante dominicano El Nuevo Taino, en cuyo escaparate cuelga un cartel de apoyo al candidato, junto a un gran menú de platos combinados.

El próximo 22 de junio se celebran las elecciones primarias a la Alcaldía de Nueva York, previas a los comicios del 2 de noviembre; pero la tradición demócrata del electorado neoyorquino hace que las primarias del Partido Demócrata se vivan como la verdadera cita electoral, dando por sentado que quien se imponga en esta lid será quien levante el bastón de mando de la urbe.

Yang, que antes de comenzar la entrevista pide un pollo al horno con arroz y habichuelas, es el único de los aspirantes mejor posicionados en las encuestas que no cuenta con experiencia política; una carencia que continuamente le echan en cara sus oponentes, que insisten en que ante la profunda crisis que atraviesa la ciudad, el Consistorio necesita a una persona con recorrido en la sala de mandos.

Pero para este emprendedor neoyorquino de 46 años, que se dio a conocer en las pasadas elecciones presidenciales donde sorprendió por su manejo de las redes sociales y su capacidad de conectar con el electorado, este intrusismo es su mayor ventaja.

«Cuando la gente se refiere a mí como un recién llegado, tiene razón, porque sabemos que necesitamos algo diferente y queremos presentar algo diferente a las comunidades latinas, a las comunidades asiático-estadounidenses y a otras comunidades inmigrantes que han sido dejadas de lado», dice Yang, que acude a la cita con la bufanda fetiche que le regaló su mujer al comienzo de la campaña electoral.

El aspirante, que reconoce que gestionar la ciudad «es probablemente el trabajo más duro del país, porque Nueva York está atravesando un momento muy difícil», insiste en que la gente va a acudir a las urnas «con entusiasmo para elegir una nueva clase de liderazgo, porque lo que tenemos ahora no funciona».

«Y si eliges a alguien que ha estado incrustado en estas burocracias disfuncionales durante años y años subiendo esa escalera, nada va a cambiar», subraya.

Sin embargo, también reconoce que su «mayor debilidad relativa» es que no ha pasado mucho tiempo en el gobierno de la ciudad, lo que solventará, según cuenta, rodeándose de un equipo de veteranos «para saber a quién llamar y de qué palancas tirar para hacer las cosas lo más rápido posible».

Durante la entrevista, en Washington Heights, un barrio de Manhattan con gran presencia de inmigrantes dominicanos, Yang asegura que muchas de sus políticas, como la creación de un banco público o la instauración de unos ingresos básicos anuales de 2.000 dólares para las personas más necesitadas, están dirigidas a comunidades como la latinoamericana.

«Cuando hablo con neoyorquinos en comunidades latinas como esta, están muy preocupados por las mismas cosas que todos los neoyorquinos. Están preocupados por nuestra seguridad pública, el trabajo, la limpieza, la basura, la desesperanza, nuestras escuelas, todos nos preocupamos por las mismas cosas y no estamos recibiendo los servicios que merecemos», apunta.

Además, sostiene que «muchos de ellos se sienten excluidos, desatendidos e ignorados. Hay personas en Washington Heights que aseguran sentirse como el sexto distrito (de Nueva York, que tiene cinco distritos). Porque cuando suceden cosas en otras partes de Manhattan, de alguna manera, ellos no están incluidos. Y eso no es correcto. Podemos arreglarlo, podemos cambiarlo, pero la clase de alcalde que puede arreglarlo debe ser un alcalde que sea fresco, que no le deba nada a nadie».

Hijo de inmigrantes asiáticos, Yang asegura que sus padres se informaban a través de medios locales étnicos y, por eso, considera necesario apoyar a «los medios en español, a los medios locales y a los medios étnicos».

Una de sus apuestas más polémicas es su apoyo a la Policía, muy criticada por el uso excesivo de la violencia y por su supuesto sesgo racial contra las minorías, en un momento en el que se ha disparado la violencia en la ciudad, especialmente con armas de fuego.

Mientras algunos candidatos se han sumado a las voces de reducir los fondos de la Policía y reforzar su control, Yang se muestra contrario a retirar fondos a esta institución.

«Cuando hablo con neoyorquinos, incluidos los latinos, la mayoría de ellos no dice que quitarle fondos a la policía sea el enfoque correcto. Yo no creo que quitarle fondos a la policía sea el enfoque correcto. Si vamos a hacer nuestras calles de alguna manera más seguras, necesitaremos a la policía. Así que tenemos que tomar a la policía y activarla, y luego hacer cosas que reduzcan la violencia armada», asegura.

De hecho, asegura que lo primero que hará cuando tome posesión del cargo será «ir a la policía de Nueva York y decirle, vuestra ciudad os necesita. Necesitamos que hagáis vuestro trabajo de manera profesional, responsable y que cuesta dinero, pero os necesitamos. Venga, vamos a hacer que la ciudad vuelva a ser lo que era».

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