Cuando creías haberlo visto todo al pasar junto a Dinosaur, la colosal escultura hiperrealista de una paloma de 4,8 metros de altura que voló hasta el High Line.
Sin embargo, la nueva instalación artística del parque elevado recuerda incluso a los neoyorquinos más hastiados que siempre deben esperar lo inesperado, o simplemente, nunca subestimar el nivel de rarezas que uno puede encontrar en Nueva York.
Un buen ejemplo: la colorida Fuente de Pie (rosa) de Mika Rottenberg. Y sí, «fuente de pie» es el mejor título que se le podría dar a esta instalación, que consiste literalmente en un pie y una pierna rosas de 3 metros de altura con uñas pintadas de rojo brillante, cubiertas de lenguas que sobresalen de pequeñas bocas pintadas de lápiz labial.
Pero la instalación hace mucho más que simplemente hacernos sonreír: está coronada por un aspersor que se activa con unos pedales que parecen bicicletas instalados cerca, ¡lo que significa que los transeúntes desprevenidos se están mojando con un pie rosa gigante!
Aunque, considerando que se avecina un verano más caluroso de lo habitual, recibiremos con los brazos abiertos la idea de mojarnos con un pie rosa gigante (¡esa sí que es una frase que nunca esperábamos que saliera de nuestras bocas!).
La instalación es «una interpretación irreverente de la tradición de las fuentes clásicas que suelen colocarse en el centro de una plaza o en jardines, con el agua siempre contenida.
En contraste, Foot Fountain (rosa) está más íntimamente conectada con su entorno, nutriendo el lugar y a la gente con su agua», dice un comunicado de prensa.
Mika Rottenberg, originaria de Buenos Aires, Argentina, pero residente y trabajadora en Nueva York, utiliza su obra para entrelazar realidad y ficción y resaltar la belleza inherente y lo absurdo de nuestra existencia contemporánea. Según una publicación de Instagram desde el High Line, Rottenberg declaró:
La Fuente de Pie (rosa) es una criatura excesivamente indulgente de mis dibujos. Surgió como una pequeña escultura mientras hacía manualidades con mi hija durante la pandemia. La versión original fue diseñada como una fuente para regar un jardín de flores.
Aquí en el High Line, en lugar de cuidar los jardines bien cuidados, pensé que debía cuidar y refrescar a los transeúntes en los días calurosos, y compartir algo de su espíritu desbordante.
La pieza se creó originalmente para una exposición en el Museo Tinguely de Basilea, Suiza, aunque, sinceramente, estamos encantados de que haya llegado a nuestro Manhattan. ¡No te la pierdas! Imagina cuánto llenará tu Instagram.
Por suerte, tienes tiempo de sobra para verla, ya que estará en exhibición desde ahora hasta mayo de 2026.
En el High Line de la calle 30
Desde ahora hasta mayo de 2026
