Algunas recomendaciones sobre el cuándo no se debe comer pescado

Salud

El consumo de alimentos de mar es recomendado en general para todas las personas, debido a que es una fuente importante de proteínas, vitaminas, minerales y ácidos grasos poliinsaturados y monoinsaturados.

Según información del Ministerio de Salud y Protección Social de Colombia, específicamente el pescado ofrece cantidades importantes de minerales tales como fósforo, potasio, calcio, sodio, magnesio, hierro, yodo y cloro. Sin embargo, aquellos que se comen con espinas y algunos mariscos aportan una mayor proporción de calcio.

Por ejemplo, en el caso de las sardinas se pueden obtener 400 miligramos de este mineral por cada 100 gramos; 210 miligramos por cada 100 gramos en las anchoas y 128 en las almejas, berberechos y conservas similares. El contenido medio de calcio de otros pescados y mariscos ronda los 30 miligramos por cada 100 gramos.

En cuanto a vitaminas, la citada fuente indica que son alimentos que ofrecen vitaminas del grupo B (B1, B2, B3 y B12), A y D. El aceite de hígado de pescado constituye la fuente natural más concentrada de estas dos últimas.

Son productos que contribuyen, por ejemplo, a la pérdida de peso. En general, el pescado contiene menos grasa que la carne y la cantidad de calorías que brinda depende de cómo se cocine. Lo ideal es hacerlo a la plancha, al vapor o al horno y evitar freírlo, según información del portal Saber Vivir TV.

De igual forma, la comida de mar es favorable para fortalecer la memoria. Según un estudio publicado en la revista Journal of the Amerian Medical Association, comer cantidades moderadas de mariscos tendría un efecto protector en las personas con riesgo de padecer de enfermedades como Alzheimer, pero se requiere mayor investigación.

Los mariscos , por su parte, contienen vitamina A, que mejora la vista y ayuda a la formación y mantenimiento de los dientes; vitaminas del grupo B, que regulan el funcionamiento de todo el sistema nervioso; vitamina D que contribuye a la formación de los huesos y, por último, vitamina E, que tiene propiedades antioxidantes.

¿Cuándo se debe evitar?
Si bien se trata de alimentos muy favorables para el organismo, hay algunos casos específicos en los que se debe evitar o minimizar la ingesta de pescado.

Por ejemplo, cuando la persona padece de hiperuricemia, es decir, que tiene niveles elevados de ácido úrico en la sangre. Este químico se crea cuando el cuerpo descompone sustancias llamadas purinas, las cuales se producen normalmente en el organismo, pero también se encuentran en algunos alimentos y bebidas, precisa la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.

Como consecuencia de años de hiperuricemia puede aparecer la gota, una enfermedad de mayor prevalencia en hombres a partir de los 35 años de edad. Esta afección se caracteriza por la aparición de un intenso dolor que se inicia en el dedo gordo del pie y va subiendo por toda la pierna, aunque también puede afectar a codos y muñecas.

Las personas que tienen este padecimiento deben limitar el consumo de alimentos con alto contenido en purinas como es el caso del pescado azul, pero pueden ingerir el blanco porque éste es pobre en dichas sustancias, precisa información del portal Pescados y Mariscos.

Quienes padecen alergia a la proteína del pescado tampoco deberían comerlo, debido a que el sistema inmunológico reacciona ante la presencia de estos nutrientes mediante la formación de anticuerpos que luego de una serie de reacciones, provocan la aparición de sustancias como la histamina.

Esta es responsable de la aparición de afecciones como asma, rinitis, edema de laringe, urticaria, hinchazón de párpados, labios y pómulos, náuseas, vómitos, diarrea y dolor abdominal. Los pescados que más alergias presentan son bacalao, abadejo, salmón, trucha, atún, anchoa y caballa.

Por otro lado, las personas con hipertensión o problemas de retención de líquidos pueden consumir pescado fresco tanto azul como blanco. Sin embargo, la recomendación es que eviten aquellos cuyo proceso de elaboración requiera el empleo de sal. Este es el caso de las conservas y semiconservas de pescado, el caviar, así como el pescado curado, en el que se incluyen los desecados, ahumados y salados, e incluso el pescado congelado.