Hipervitaminosis: la cara B de tomar suplementos que pone en riesgo tu salud

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En el último año, los suplementos vitamínicos han comenzado a adoptar un papel fijo entre nuestras rutinas y hábitos. Con o sin bostezo, la inmensa mayoría de nosotras tendemos a tomar o beber -ya sea para estar más enérgicas o, simplemente, fortalecer o instar el crecimiento de la melena- algún suplemento a los pocos minutos de despertarnos o con el desayuno.

Una toma bastante casual tachada por la sociedad de inocua que, como ya podrás imaginar, esconde otra realidad detrás.

Se estima que 4 de cada 10 españoles recurren a estos concentrados. Es más, según las encuestas realizadas, se calcula que cerca del 46% de quienes los toman con regularidad son mujeres.

Una inversión de tiempo y dinero con el que se pretende paliar o suplir alguna aparente necesidad como las ya mencionadas. No obstante, como revela el informe de la OCU, las causas que incentivan más su toma son: sentirse con más energía, reforzar el sistema inmunológico, reestablecer niveles de vitaminas o minerales, paliar la ansiedad y el estrés…

Curiosamente, la última causa señalada por la OCU, según sus encuestas, sería la perdida de peso.

De entre todos los suplementos, los que mayor popularidad tienden a tener -y que al mismo tiempo visibilizan la falta de una dieta equilibrada – son las vitaminas. Un rápido tecleo de estos sustantivos en el buscador nos muestran una amplia oferta.

De hecho, es tal la popularidad y el aclamo de estas que hasta te destacamos cuáles eran las vitaminas y los suplementos que más energía te darán durante todo el día.

Y es justamente esa popularidad y la falta de información la que promueve que, incentivadas por las ventajas nutricionales que reportan, hagamos un alto consumo de estas entrando en un estado de hipervitaminosis o, por llamarlo de una manera más coloquial, la cara B que nadie te contó de la toma de suplementos vitamínicos. 

Hipervitaminosis, ¿qué es y qué conlleva?

Cuando se utiliza el término de hipervitaminosis nos estamos refiriendo a la presencia en exceso de una determinada vitamina en el organismo causada por una toma de suplementos vitamínicos que no son necesarios para ella. Al contrario de lo que se piensa, no está ligada con la alimentación en sí. 

Con eso, aclara la experta, lo que se consigue es superar los límites recomendados. Suele ser una toma bastante frecuente que, señala, también ha comenzado a darse en niños; los padres agobiados por que sus hijos son «malos comedores» tienden a darles suplementos con el objetivo de abrirles el apetito.

Lo que desconocen es que, con esta práctica, están incentivando que entren en este estado de hipervitaminosis.

¿Qué síntomas y riesgos entraña en la salud la hipervitaminosis? 

En cuanto a los síntomas, la experta en nutrición señala que varían en función de la vitamina que tenga el organismo en exceso por la toma de los suplementos.

Recuerde que hay dos tipos de vitaminas y esto también juega su papel en los síntomas: las hidrosolubles -no suelen acumularse en el organismo; suelen expulsarse en la orina en un tiempo breve – y las liposolubles – que sí se almacenan en el organismo, en los tejidos grasos y, con un consumo superior del recomendado, producen entrar en este estado de hipervitaminosis-.

En este último grupo destacan: las vitaminas A, D, E y K. Y los síntomas y riesgos que desencadena este exceso depende de cuál sea. Por ejemplo:

Vitamina A. Una acumulación por encima de las dosis recomendadas puede desencadenar en: vómitos, fatiga, tener la visión borrosa, una pérdida de cabello considerable, una mayor irritabilidad y un exceso de calcio en la sangre. 

Vitamina D. Los síntomas que provoca esta acumulación se centran en experimentar una sensación de saciedad, extreñimiento, fatiga, vómitos. Asimismo, también se suele incrementar la frecuencia de ir a hacer pis e, incluso, se tiende a sufrir episodios de deshidratación. 

Vitamina E. En este caso un consumo por encima de los límites recomendados suele estar ligado a sufrir un fuerte dolor abdominal, diarrea, gases, hipertensión o gases. 

Vitamina K. La principal consecuencia de este exceso recae en que se puede experimentar y entrar en un estado de anemia. 

¿Cómo paliar estos síntomas?

El tratamiento sería, en cuanto comencemos a percibir estos síntomas es siempre acudir al médico. Y consultar la toma de este suplemento. Lo más seguro es que recomiende dejar de tomar este suplemento vitamínico en un tiempo razonable. 

Entonces, ¿si estoy tomando un suplemento cómo puedo saber si me estoy o no excediendo? ¿Cómo puedo controlar estas dosis? 

La experta matiza la importancia de no automedicarse; es decir, dejar a un lado la toma de estos suplementos vitamínicos que, sin prescripción médica, tomamos al pensar que estamos bajas de defensa o nos sentimos más cansadas. 

Con ello, señala, lejos de resolver el problema, lo podemos estar agravando. Los suplementos vitamínicos o la toma de cualquier suplemento alimenticio debería estar controlado por un profesional médico que, en base a una analítica, determine si una persona necesita o no esa dosis determinada.

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